three

11.7K 1.3K 1.7K
                                    

| ᴀɴɴɪᴇ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

| ᴀɴɴɪᴇ

Miré la tarjeta en mi mano una última vez, mientras agarraba con fuerza la cartera en mi hombro. Decir que estaba nerviosa era poco.

Estaba aterrada; primero, el Señor Malfoy era muy intimidante.

Segundo, ¿y si le caigo mal al niño? No soy la persona más paciente cuando se trata de niños pequeños.

Mierda, mierda, ¿en qué me metí?

—¡Lu, escúchame, por Salazar!

Las sacudidas de Lia me sacaron de mis pensamientos intrusivos. La miré alarmada, sin saber qué decir.

Ambas estábamos en el punto de aparición al lado de nuestro apartamento, eran las 2.45 PM aproximadamente, lo que me daba 15 minutos para calmarme.

Lia mi había acompañado para tranquilizarme — lo cual obviamente no estaba funcionando.

—¿Y sí digo que me enfermé? Lia, me da miedo. Ese caballero me da miedo. ¿Y si no le gusta como enseño? —comencé a hablar rápidamente, caminando de un lado a otro en el callejón.

Escuché como ella bufó, antes de acercarse a mi y agarrarme por los hombros, dejándome quieta en el lugar.

—Eres. Exasperante. Por favor, cálmate, ¿sí? Malfoy se puede ver intimidante, y todo, pero créeme que en el fondo es un pequeño cachorro asustado. ¡Vas a estar bien! —trató de hacerme entrar en razón pero yo seguí negando con la cabeza.

—¿Un cachorrito? Querrás decir... ¡un Gran Danés! Lia, no sé si-

¡Paf!

—¿¡AUCH!? —me agarré mi mejilla, acariciándola pues acababa de ser violentamente abofeteada.

—¡No te quedabas tranquila! ¿Qué querías que haga? —se encogió de hombros, con un tono de obviedad en su voz.

Lia miró la hora, y abrió los ojos de golpe.

—¡7 minutos! —se apresuró a decir, mientras me agarraba del brazo y sentía que caíamos... y caíamos... y caíamos.

Y llegamos a tierra firme nuevamente.

Tuve que agarrarme de mis rodillas para dar respiraciones profundas, pues la aparición desprevenida me trajo un gran mareo y ganas de vomitar.

—Oh, no, no, no. No vas a vomitar ahora —Lia me levantó el rostro, y agarró un vial para meterme el líquido rápidamente en la boca.

Asintió complacida cuando me vio hacer una mueca ante el amargo sabor de la poción. Lo bueno de ser amigas desde la escuela, es que siempre anda preparada cuando me dan mis pequeños ataques de nervios — digamos que no es primera vez que usa esa poción conmigo.

—Gracias, Li —susurré, ignorando por completo la figura pequeña que estaba a mi lado.

Cuando puse mi atención por completo, casi me da un infarto al ver que era un elfo doméstico, agarrándome de mi abrigo.

Mon Chéri | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora