Capítulo 2 Opresión.

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—Te amo tanto mi príncipe— Ella susurro.

Vegeta la envolvió en sus brazos mientras la besaba.

—Eres mía solo mía—decía el Principe mientras arrancaba su hermoso vestido.

Podía sentir su olor dulce, era embriagador. Vegeta junto su cuerpo al de ella, quería sentir su piel, estar con ella era como estar en el cielo, sus emociones se encendieron, su corazón latía con fuerza, quería fundir su cuerpo con ella hasta convertirse en una sola persona, la pasión que sentía por ella era inmensa, acariciar su piel era el más rico de los éxtasis, escucharla gemir su nombre era un deleite, estar dentro de ella era la gloria, sus cuerpos se movían al ritmo de las olas.

—Bulma— Susurró Vegeta.

Un fuerte golpe lo despertó de su profundo sueño..

—¡Otra vez soñando con esa perra!— gritó ella.

—¿Qué mierda haces aquí en mi habitación? ¡Lárgate!— gritó Vegeta furioso.

—Soy tu mujer hace mucho que no quieres tocarme, solo te la pasas pensando en tu ramera— dijo furiosa.

—Sal inmediatamente de mi habitación o te juro que se me va olvidar quién eres y te ANIQUILARÉ— gritó.

—Dilo.. soy tu princesa ¿Por qué te cuesta trabajo decirlo?— Preguntó.

—¡Dije que te largaras!—Vegeta la tomo del brazo con brusquedad y la hecho fuera de su habitación.

La princesa se levantó avergonzada, todos los sirvientes la estaban mirando, se sentía humillada las veces que Vegeta estubo con ella eran contadas, se sentía poca mujer, no podía seducir al sayayin, eso le frustraba, sabía que todo mundo hablaba a sus espaldas, era la burla, cuando se fue a quejar con el rey de la falta de cumplimiento de su hijo, se burló de ella, dijo que no se metía en asuntos de sábanas, la catálogo como poca mujer, le dijo que eso era asunto suyo, era su obligación seducir a su hombre y no tenía por qué quejarse, incluso la amenazó, no quería que difundiera rumores falsos sobre el principe, dejando en duda su hombría, con su vida pagaría si por su culpa escuchaba murmuraciones en el reino, estar con Vegeta no era lo que imagino, era una completa pesadilla, su vida estaba siendo arruinada por una ramera, no sabía quién era esa tal Bulma, que invadía cada noche los sueños de su Principe, imaginaba que era alguna aventura con una plebeya del pueblo, sabía que no era ninguna mujer del herem, esas mujeres estaban ahí de adorno, Vegeta no se acostaba con ninguna, era un hombre especial. Su mente trabajaba solo para entrenar y volverse poderoso.

—¡No importa cuánto me tarde, te encontraré maldita!— dijo la princesa con rabia.

Al día siguiente Vegeta se despertó tenía que reunirse con sus soldados, para autorizar la lista de nuevos planetas para conquistar, eso era de ley, para su sorpresa el encargado de sus soldados ya la había autorizado sin su consentimiento.

—¿QUÉ?.. ¿Por qué mierda lo autorizó sin mi consentimiento? — Preguntó furioso.

—Cómo usted había salido a una misión, se tomó el atrevimiento de firmar la autorización, después de todo es el encargado después de usted mi señor —dijo un soldado.

—Enséñame la lista de los planetas inmediatamente— gritó Vegeta.

—Si, enseguida mi príncipe— dijo y después le entregó la lista.

Vegeta comenzó a leer la lista deseando que el planeta tierra no estuviera ahí, para su sorpresa si estaba, casi le da un infarto —¡Comunícame inmediatamente con el encargado!—gritó furioso.

El sirviente corrió por el comunicador, trato de contactar al encargado pero por desgracia no respondía.

—¿Qué ocurre?— Preguntó Vegeta alterado.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2023 ⏰

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