📍┊(우유) - COPITO DE NIEVE ; Chanbaek

O23

El viento, viajando con suavidad, colándose entre los diminutos espacios que quedaba en cada hoja, por encima de los gigantescos pinos que se movían vacilantes. Existía un frío estremecedor, sofocante e inquietante, hacía tanto frío que el agua del río y de pequeños charcos formados por la reciente lluvia comenzaba a congelarse, la nieve no iba a tardar en caer de nuevo. Una vieja leyenda que nació en 1979 contaba que la nieve aparecía como signo de que algo realmente bueno llegaría pronto, pero después de algunos años y de pasar de generaciones en generaciones, las personas comenzaron a tomar la llegada de la nieve repentina como signo de que sí, efectivamente algo muy bueno llegaría, pero después de algo demasiado malo, aterrador y cruel.

Así que la llegada pronta de la nieve no tardó en alertar a todo aquel que continuaba creyendo en esa vieja leyenda que posiblemente no sea más que eso; una simple y vieja leyenda que debió de haberse quedado lejos de la realidad actual. No era la primera vez que la nieve aterrizaba del cielo sin ser temporada. Sin embargo, el hecho de que sea temporada de humedad, lluvia y cielo nublado pero que a pesar de ello aún así caiga nieve, sin duda era preocupante.

Félix abrió los ojos lentamente, sentado en el frío piso con la espalda recargada en la vieja pared de ladrillo de esa pequeña casa. Miró a sus pies, observando sus botas con un poco de nieve encima. Sus ojos vagaron por los alrededores con cierta tontera, acababa de despertar, no había cenado y presentía que tampoco tomaría el desayuno, se sentía mareado y asqueado, con el rostro hinchado y las mejillas acaloradas. Miró a un lado de él: ahí permanecía el alfa castaño con los ojos cerrados, teniendo su ceño suavemente fruncido, abrazándose a sí mismo, sus cabellos alborotados por el viento nocturno. Le fue completamente imposible no sonreír después de verlo dormir tan tranquilamente, su respiración se mantenía estable, suave y rasposa al mismo tiempo, como si dormir fuese la única parte del día en la que tiene paz. Se acercó de a poco hacia él, moviendo sus piernas con dificultad pues el piso cada vez se volvía más resbaladizo en las zonas en las que aún no había nieve acumulada.

— Dongwoo — susurró con una media sonrisa plasmada en su friolento rostro. Dongwoo, quien permanecía dormido no respondió de otra forma más que moviendo sus labios en manera de protesta inválida, Félix solamente se burló. — Oye — se quejó con un tono de voz juguetón. — si me haces esos pucheros no habrá forma en la que pueda despertarte —

Dongwoo sonrió aún con los ojos cerrados.

— Despierta — pidió Félix con gracia.

— Creí que realmente funcionaría — se quejó Dongwoo, abriendo los ojos. Se quedó en silencio unos segundos, luego sonrió nuevamente. — que sorprendente — dijo en medio de un suspiro. — eres lo primero que he visto al despertar —

Félix ladeó la cabeza. — ¿Eso es algo malo? —

Dongwoo asintió.

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La suave manta blanca se movió a un lado de Baekhyun, provocando que inmediatamente el omega intentara darse la vuelta, cosa que no logró, debido a una suave pero firme presión que le sostenía de la cintura. Baekhyun trató de ver más allá de su hombro pero solamente percibía el aroma a ChanYeol.

— ¿Por qué razón has despertado tan temprano? — murmuró ChanYeol, dejando su cálido aliento en la piel desnuda del cuello de Baekhyun.

La barriga de Baekhyun gruñó. ChanYeol se movió. — Por eso — se respondió el alfa a sí mismo. — ¿Estás hambriento? — Baekhyun asintió un poco avergonzado, el sonido de sus tripas exigiendo un poco de piedad era algo que no se podía controlar. ChanYeol le dio un beso corto y rápido en la nuca, logrando sacarle una sonrisa a Baekhyun, el alfa se puso de pie, así que Baekhyun pudo sentarse en la cama para observarlo. ChanYeol se ajustaba el cinturón y acomodaba el cuello de su camisa, después levantó su saco, el cual estaba cuidadosamente posado en el sofá, se lo extendió a Baekhyun. — Póntelo —