CAPITULO 5 - No hay nadie más

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POV ANA

La sonrisa que tenia en mi cara nadie me la podía quitar, después de todo el plan de Gema me acercó a Ale, la conversación que tuvimos me dejo sin ninguna duda, ahora lo que tenía que hacer estaba claro para mí.

Salí de la habitación con impulso para hablar con Marcela sobre el permiso y de camino me encontré a Carolyn, ella me miraba y sonreía de lado como insinuándome algo, se me estaba burlando como una nena de kínder, esa alzada de cejas me daba a entender que sabía algo, me sentí como una adolescente con mariposas en el estómago, de seguro Gema ya le contó a Caro lo que estaba pensando hacer y por eso tiene esa actitud de niña conmigo.

Simplemente le dedique una sonrisa con una alzada de hombros y seguí mi camino, a ella no es quien debo darle explicaciones de nada.

Marcela estaba con Polo en el patio trasero bajo la sombra de un roble, ellos son de las pocas parejas en las que con solos verlos se puede sentir el amor que se tienen, me acerqué tratando de ocultar toda la felicidad que traía.

- Hey hola hola, como están mis viejitos preferidos - Definitivamente eso no es tratar de ocultar la felicidad.

- Estábamos a punto de hacer cosas indecentes - y ese era Polo - pero nos llegó una alerta de extra irradiación de felicidad de cierta persona amargada y creo que terminaremos lo que estábamos haciendo más tarde - le rodeó la cintura a Marcela acercándola más a él.

Marcela solo reía de las ocurrencias de su esposo - Dinos Ana, que es lo que te tiene tan alegre hoy - recostó su cabeza en el hombro de Polo.

- Hay no es para tanto - me sonrieron - bueno, no les había comentado, pero mi mamá logró hablar con uno de los jefes de la aduana y le pidió una entrevista de trabajo para mí - me escuchaban muy atentos - entonces si la entrevista sale bien, quizás pueda empezar a trabajar aquí -

Los dos tenían una enorme y hermosa sonrisa en sus rostros.

- Lo estás haciendo bien - me dijo Polo dandome un abrazo seguido - bueno, aunque a veces aún pienso en cómo es que cada vez que logras algo le restas la importancia que tiene, pero yo se lo que te hace falta - me lo dijo sonriendo - y creeme que esa sonrisa que traías te sienta muy bien.

- ¿Acaso es por alguna chica nueva que conociste?

- De seguro que sí - Polo la interrumpía - Hace mucho tiempo que este ser oscuro no estaba tan feliz.

- Oye no te pases - cómo se atreve a decirme así - yo soy un ser de luz, todo lo bueno me acompaña, soy un angelito - junte mis manos imitando a un ángel.

Ambos se empezaron a reír muy fuerte.

- Bueno ya, que tampoco es para tanto - poco a poco se iban calmando pero nuevamente les volvía la risa - loquelesqueríadeciresqueestánochevoyasalirconsusobrina - tenía que decirlo rápido o no lo decía.

Me di cuenta que era mejor decirlo con menos prisa porque la manera tan brusca en que dejaron la gracia muy bien les pudo causar un infarto.

- ¿Que dijiste? - Polo fue el primero en reaccionar.

- ¿No quieren que les traiga algo para la presión? - traté de aliviar un poco el asunto.

- Quieta ahí - justo cuando estaba retrocediendo - ya mismo repites lo que dijiste.

- Eeeee, pues que... Pues eso - tenía dos miradas confundidas partiendome en mil pedazos, tragué profundo - Invité a salir a Alejandra esta noche y me dijo que sí - la sorpresa era tan notoria en sus rostros - y... Quería pedirles permiso para salir a ustedes.

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