First Kiss || YunSang

19. Rainbow

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Sus uñas habían sido destruidas por los nervios. Su corazón palpitaba tan fuerte en su pecho que temía que incluso el profesor YongHwan lo escuchara desde su asiento en el escritorio.

El final de las clases llegó mucho más rápido de lo que YeoSang y YunHo creyeron. Mientras el pelirrosa estaba sin preocupaciones y feliz por iniciar con las vacaciones de verano, su novio era todo lo contrario. YeoSang aún cargaba con un peso sobre su hombro: el último examen de recuperación de lengua coreana.

Con la ayuda de YunHo, historia y química fueron pan comido. Pero el profesor YongHwan era muy impredecible. Aunque su clase se viera fácil, era exigente y perfeccionista. Eso acabó con YunHo lleno de notas en su cara durante un día entero para ayudar a YeoSang a estudiar. Y cada nota memorizada, se recompensaba con un beso. Fue un ganar ganar para ambos.

Pero a pesar de todo el esfuerzo, YeoSang aún dudaba de sí mismo, y estaba aterrado de que haya contestado mal las preguntas. ¿Y si fallaba? YunHo pasaría a último año y ya no estarían juntos en clase. Dios, iba a llorar si no pasaba el examen.

—Kang YeoSang... —le llamó suavemente el profesor y el rubio se pone de pie rápidamente a un lado de su pupitre, golpeando en el proceso su mano contra la mesa.

—¿Sí, profesor? —contestó, tratando de disimular la mueca de dolor y pánico en una sonrisa torcida.

—Cálmate, niño. Me pones nervioso a mí también.

—Ah, eh, s-si... Sí, l-lo siento.

—No te preocupes, puedes irte. Aprobaste el examen y con una buena nota, cabe destacar. Te veré el siguiente año, eres libre por ahora... —suelta con una risita y el rubio se pone pálido en cuestión de segundos.

—¿Y-yo... Yo aprobé?

—¿Quieres repetir? Para mi no hay-

—¡No! ¡No! —se apresura a negar con las lágrimas de shock en las esquinas de sus ojos.

—Eso pensé... —Kim voltea el examen y le muestra el noventa sobre cien que obtuvo de puntuación—. ¿Listo? Ahora largo, antes de que cambie de opinión y te ponga cero —le amenaza.

YeoSang abrió sus ojos hasta el tope y con sus manos temblorosas recoge su morral a tropezones. No contiene su sonrisa de victoria por lo que ha logrado y con lo que el piensa son honores. Un noventa sobre cien era una completa hazaña para su récord de malas calificaciones en literatura. Realiza una corta reverencia al pasar frente al escritorio del profesor y casi corre con sus piernas de gelatina hacia la salida.

Las lágrimas pican en sus ojos, esperando el momento indicado para soltarlas. Y ese momento indicado será cuando vea a YunHo, se entierre en sus brazos y pueda volver a respirar contra su pecho, felizmente, porque está en su zona segura.

—¡YeoSang! —su profesor lo detiene justo cuando sus manos tocan el picaporte.

—Sí, profesor Kim —se voltea de un sopetón, sin poder ocultar su sonrisa que abulta en grande sus mejillas e ilumina su rostro.

—Estoy orgulloso de ti... —confiesa, dedicándole la sonrisa más sincera que haya visto de su profesor—. Espero que YunHo y tú tengan unas buenas vacaciones —le guiña un ojo y el rubio se sonroja.

—Sip, lo haremos. Usted descanse y disfrute de sus vacaciones también, profesor Kim.

Y con eso, YeoSang va a buscar a su novio quien, seguramente, lo espera en la cafetería. Los pasillos de la preparatoria estaban casi desolados, por ser el último día la mayoría de estudiantes estaban en casa. Excepto los que debían rendir exámenes de recuperación o entregar los libros en la biblioteca. Como él, por ejemplo.