𝟠✨ [One-shot]

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- Espera unos 5 minutos, en seguida vamos contigo.
- Vale...

Un joven de unos 14 años, con numerosas vendas alrededor del cuerpo, esperaba a que le atendieran la nueva herida que se acababa de hacer. El chico había pensado en cortarse las venas con un cúter que había en el aula de arte, para así acabar con su vida, pero, desafortunadamente para él, cayó inconsciente al suelo antes de conseguirlo, creando un estruendo que llamó la atención de los profesores que pasaban por allí.
Él se excusó diciendo "Lo necesitaba para cortar unas cartulinas y sin querer lo agarré por el lado incorrecto."
Era una excusa tremendamente estúpida, pero gracias a que los profesores estaban más centrados en su herida y la cantidad de sangre que derramaba, no le prestaron mucha atención al cómo se la había hecho.

Ahora estaba esperando, en una pequeña sala de espera, a que fueran a coger unas vendas más, para poder acabar de curar sus heridas, aunque él decía encontrarse perfectamente. Mientras que jugaba un poco con su pelo color café, entró un joven pelirrojo, algo bajito para su edad, con la mirada enfurecida y la piel pálida.

- Vamos a llamar a tus padres, veremos si pueden venir a recogerte.

El chico no respondió nada. Se mantuvo en silencio hasta que la mujer se fue.

Dazai se quedó mirándole por unos segundos: era un adolescente bastante atractivo.
Pero eso él ya lo sabía.
Dazai conocía a ese chico bastante bien, desde que tuvieron una "pequeña" discusión durante un patio, que acabó con ambos limpiando los baños por 3 semanas, había estado bastante interesado en el joven.

El chico acabó totalmente enamorado de él. Bueno, él no podía considerarse <<enamorado>>, ya que le parecía un término muy exagerado, pero no podía negar que el pelirrojo le gustaba mucho. Su carácter, su apariencia, sus gustos, no eran perfectos (ni mucho menos), pero al pelicafé le parecía maravilloso en casi todos los sentidos.

- Tú eres Dazai, ¿No? El idiota por el que estuve limpiando los baños por unas 3 semanas.

Chuuya soltó esa frase para sacar un tema de conversación entre ellos dos, "No es que quiera su atención, no, sólo quiero molestarle, molestarle y nada más" El bajito se intentaba convencer de que sus intenciones era molestarlo. Molestarlo y nada más.

- Veo que me recuerdas, Chibi~

Chuuya le miró con rabia. Nada le molestaba más que se metieran con su altura, y mucho menos si en esos momentos estaba con 38° de fiebre y un dolor de cabeza increíble.

- Cállate, estoy en crecimiento.
- Cómo sea, ¿Porqué estás aquí?
- No te incumbe
- Anda cuentaaaaa
- No te importa
- Si me dices porqué estás aquí, te cuento porqué estoy yo aquí.

Había dado en el clavo. El pelirrojo se había pasado la corta conversación intentando mirar disimuladamente sus vendas. Iba a caer bajo si aceptaba, pero tenía "curiosidad".
"Curiosidad. No quiero hablar con él. Sólo lo hago por curiosidad"

Chuuya le observó por un momento, y dijo:

- Según la profesora, tengo fiebre. Me han puesto el termómetro, y he dado 39, así que van a llamar a mi puñetera casa.

El hecho de que no quería irse a casa era obvio. No quería quedar cómo un debilucho frente a su clase.

- Aunque estoy perfectamente. -añadió.

Dazai se le acercó en un momento, con su mano le removió el pelo de la frente y posó su barbilla y labios ahí. Una manera directa de medirle la fiebre pero indirecta para darle un ligero beso.

- ¿¡Eh?! -Chuuya se sorprendió ante tal acción, poniéndose totalmente colorado ¿Acaso le estaba intentando besar? Dazai, por su parte, se separó de él.

- Tienes la frente muy caliente, normal que te vayan a mandar a casa. -mencionó esbozando una pequeña sonrisa.- Aunque ahora estás bastante sonrojado...

- No es por nada... - Chuuya estaba tragándose su propio orgullo. Le miró con vergüenza por un segundo.

- No me mires así, sólo quería medirte la fiebre. Mi abuela siempre hace eso cuando me encuentro mal. - añadió, con un aire infantil. Le bastó con observar la cara de Chuuya por un momento para poner una amplia sonrisa, y añadir- Acaso... ¿Habías malpensado mis acciones? Muy mal Chibi, pero mira que eres pervertido...

- Cállate -gruñó Chuuya con rabia.

- Vale, vale, no te me enfades.

Ambos estuvieron callados por un rato, que, aunque duró cómo máximo un minuto, a ellos se le hizo eterno.

Una mujer de aspecto cansado, pero con una sonrisa amplia, entró a la sala de forma apresurada.

- Nakahara Chuuya, tus padres dicen que no pueden venir ahora, vendrán a recogerte en alrededor de 1 hora. -se dirigió al de mayor altura- Tú eras...¿Osamu Dazai?

- Sí

- Bien. No hemos encontrado vendas para ti, así que voy a salir a comprar unas a la farmacia. Tardaré poco más de 10 minutos, por favor no se muevan de aquí.

- Vale -respondieron ambos chicos al unísono. La mujer que acababa de llegar se retiró tan rápido como entró.

- ¿Tú crees que tiene algún problema?
- Ehh - la pregunta había pillado al pelirrojo totalmente desprevenido.- Supongo...
- Humf...Yo creo que lo que está es muy estresada. Tiene pinta de dormir poco y de tener muchos problemas, aunque ahora parezca tan feliz.
- Dazai, la hemos visto por un minuto.
- ¿Y?
- Estás sacando conclusiones apresuradas.
- No pasa nada por eso -se excusó el joven. Su mirada se posó en sus mejillas.
- ¿Qué pasa? ¿Tengo algo?
- Están muy pálidas.
- ¿Y?
- A mi padre se le pusieron las mejillas así cuando pilló la gripe.
- Ahh...
- ¿Tienes la gripe?
- Puede
- ¿Te puedes morir con la gripe?
- Si es un caso muy extremo ...
- ¿Me la puedes pasar?

Chuuya le miró con cara confusa.

- La gripe. Si me puedes pasar la gripe.
- ¿Y cómo te la voy a pasar?
- Pues por saliva
- ...Si quieres...

El de menor altura se acercó a él.
Dazai juntó sus labios en un tranquilo beso. Había acercado la cabeza de Chuuya hacia la suya un poco más con su mano, y le estaba mordiendo ligeramente el labio inferior. Se separaron. Chuuya estaba completamente rojo, mientras que Dazai le miraba con una sonrisa.

- Gracias por pasarme la gripe
- ...fue un placer

- ¡Ya llegué con las vendas! Al final, el conserje tenía un paquete de repuesto. -Exclamó la mujer que les había visitado unos minutos atrás, con un paquete de vendas en la mano. Acto seguido, los jóvenes se separarin, y la mujer se llevó a Dazai a una pequeña habitación para vendarle sus heridas, dejando a Chuuya solo, que seguía sonrojado.

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- Dazai, espera. - El chico se disponía a dejar la sala, y a Chuuya, puesto que ya tenía las heridas curadas, pero el de menor estatura le detuvo.

- ¿Qué pasa, Chibi? ¿No habían llegado ya tus padres, Chibi? - se encargó de repetir el "Chibi" con énfasis.

- Hasta mañana. -Chuuya le miró a los ojos, puso su mano en su mejilla, y, poniéndose de puntillas, le dió un corto beso en los labios. Inmediatamente se dió la vuelta, yéndose a recoger sus cosas para irse, muerto de vergüenza.

"Maldición, ¿ahora qué va a pensar de mí? Mierda, ¿Para qué coño hago nada?" Chuuya se maldecía internamente. Le había gustado, pero se sentía muy avergonzado, pensando en cómo podría reaccionar él.

Mientras Nakahara se maldecía a sí mismo, Dazai se tocó la mejilla con una pequeña sonrisa. "Al final has dado un paso"

~FIN~

Basado en una escena del Novato (peli random que pusieron en clase de francés), espero que guste y perdón por las faltas de ortografía :3

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