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¿Por qué estaba sintiendo esta inquietud en mi pecho? ¿En serio hay algo macabro y raro detrás de la desaparición de Hanzel?

Posterior a la salida de Halsey de la biblioteca, Antonietta y yo nos quedamos en silencio por algunos segundos que, siendo honesto, me parecieron largos minutos. Me dio mi ticket para regresar el libro la semana que viene, no habíamos mencionado nada sobre lo que acababa de ocurrir con la muchacha, sin embargo, notaba lo tenso del cuerpo de la bibliotecaria mientras hacía su labor, era más que claro que le temía a Halsey ¿Y cómo no? Además, que la actitud y reacción que tuvo la misma fue escalofriante.

Por otra parte, entendía que ella estuviera reaccionando de esa forma porque se trataba de la persona más importante que tiene en su vida.

Entre mis pensamientos no me di cuenta que me encontraba fijamente mirando a la chica sentada en una banca fuera de la universidad. Parpadeé sintiendo la sangre caliente recorrer todo mi cuerpo de manera rápida, casi sintiéndome al borde del desmayo, agregado que el latido de mi corazón era errático.

Tosí al ver los ojos oscuros de la susodicha mirándome con detenimiento y sin sentimiento en su rostro, como siempre. Su mirar era igual que todos los días, pero una mueca que nunca había visto antes se mostró en una de las esquinas de sus labios, algo parecido a una sonrisita, una sonrisa casi inexistente e indescriptible, debido a la falta de expresión en el resto de su cara, sumando que sus ojos seguían siendo un laberinto sin salida, como un agujero negro que te consumía totalmente sin poder describir el funcionamiento del mismo.

Así era ella.

Antes de poder reaccionar del todo, Halsey se levantó de la banca para comenzar a caminar por la acera e ir desapareciendo a la distancia sin mirarme nuevamente, dejándome descolocado por un segundo y con cientos de pensamientos en mi mente.

Miraba la pantalla de mi TV en el cuarto, sin siquiera darle la atención debida porque mi mente aún estaba en otro lugar. Deseé poder unir los puntos sobre el caso de chico Oswen con lo que había sucedido en la biblioteca, pero ciertamente no lograba nada haciendo que me frustrara por una razón desconocido, al final, él no era mi amigo, pero era el hermano mellizo de ella y no quedaba nada más que decir que era curiosidad que sentía por su persona, agregando que la desaparición de su hermano me era bastante extraña y no lograba una respuesta coherente, aumentando entonces mis dudas, todo ello junto era lo que me impulsaba a querer unir este rompecabezas.

El sonido de dos golpes en la puerta causó que me sobresaltara por la sorpresa.

-Adelante. – Sabía que se trataba de mi mamá, ya que eran las siete de la noche y más nadie estaba en casa.

-Hola hijo, quería hablar algo contigo. – Me senté sobre el colchón atento a sus palabras y se adentró para sentarse en el borde de la misma. – Sabes que mañana tengo turno desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde y no me da tiempo para apoyar el grupo de búsqueda que saldrá a las ocho de la mañana y quisiera que fueras a contribuir, aunque sea dos horas a nombre de nuestra familia.

Mi mamá era una de los miles de ciudadanos que se encontraban preocupadas por el caso de Hanzel, es decir, ella conoce a sus padres porque todos ellos nacieron y crecieron en este pueblo, por ende, mi madre ha visto crecer a los famosos mellizos (y únicos) de Lewisville. En sus ojos notaba la consternación de la noticia, además que sus sentimientos eran más fuertes al ser madre y entiendo completamente que debe de sentir mucha empatía por los señores Oswen, ya que, si yo llegara a esfumarme sin dejar huellas de esa manera, su vida se vendría abajo inmediatamente.

-Claro, puedo unirme al grupo de búsqueda de mañana, vendría al mediodía para comer y ponerme a hacer el trabajo de final de semestre que debo de entregar esta semana. – Me sonrió agradecida. – No te preocupes mucho, duerme esta noche bien para que mañana puedas trabajar correctamente.

El Misterio de Los OswenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora