CAPITULO 1

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Es difícil explicar con claridad lo que pasó aquel día, el día en que todo cambió.

Se podría decir que el tiempo, la suerte,
las circunstancias, todo estaba del lado de Webby en aquel momento.

Para ponerlos en contexto, es necesario
volver al principio, al día en que todo
cambió.

Todó comenzó como cualquier día en
la vida de Webby suele comenzar. Se
despertó a las 8:00 Am para comenzar
a hacer sus deberes, rezando por no
despertar a su madre en el proceso. La
Verdad es que aquello se le daba muy
bien, después de todo había tenido
bastantes años de practica; Sin embargo, aquel día no tuvo tanta suerte. En un intento por guardar uno de los tazones en un estante muy alto, Webby resvaló, callendo de la silla en la que estaba parada y dejando caer el tazón, que se rompió al instante. Luego de eso, Webby no tardó mucho en escuchar la voz que tanto temía.

—¡WEBBY!—gritó una voz femenina—¡AHORA QUE HICISTE NIÑA!—Aquella voz imponente subía cada vez más su tono conforme hablaba.

Webby, que aun estaba tirada en el piso,
no se atrevió a mirar a la dueña de aquella voz. Podía sentir como su corazón se salía de su pecho, el frío en su espalda se expandia cada vez más, tenía un nudo en su garganta, del tamaño de esta enrealidad. Quería llorar, gritar, correr, hacer lo que fuera, pero estaba completamente paralizada. Solo se quedó allí, esperando que todo terminará pronto.

Webby sabía exactamente lo que habría
de pasar, pero eso no evitaba que sintiera un miedo desgarrador.

La paliza duró gran parte de la mañana, lo que no sorprendió para nada a Webby, ya que en ocasiones llegaban a durar más.

Una vez su madre se cansó, tomó una
botella de licor y se fue de la cocina.

—¡Y MÁS VALE QUE LIMPIES TODO ESTO!—Le gritó la mujer antes de volver a su habitación.

Una vez que escuchó la puerta de la
habitación de su madre cerrarse,Webby
se tranquilizó. Su madre era un oso
himbernandero y su habitación era su
cueva, de la cual solo salía para buscar
comida. Y desquitarse con ella, claro.

Luego de limpiar todo, Webby se fué a un viejo y deteriorado cuarto que llamaba su habitación. Se sentó en un rincón, hundiendo la cabeza entre sus piernas.

Una vez hacía esto, a Webby le gustaba
imaginarse en otras circunstancias, con
amigos, una familia, y siendo muy feliz.
Entonces escuchó una voz que la devolvió a la realidad.

—¡WEBBY!—le gritó su madre entrando
violentamente a la habitación—¡¿QUE
HACES AHI TIRADA OLGASANA?! ¡VE
AHORA MISMO A LA TIENDA Y COMPRA ALGO DE COMER!—le ordenó la mujer ebria.

Webby no dijo nada, nunca lo hacía, la
unica forma de estar asalvo de golpes era ejecutando las ordenes inmediatamente.

Tan pronto como pudo salió de la casa y
fue directo al centro de la ciudad. Llegar tarde a casa no era una opción, ya que no solo habría la puerta a un posible castigo, sino que lo aseguraba.
Consiente de esto, Webby empezó a correr como si su vida dependiera de ello, lo cual era cierto, pensandolo bien. Esquivó a varias personas en el camino, pero en el quinto intento falló.

Tanto ella como la persona con la que
había chocado, habían caído al suelo.
Tan pronto como Webby vió el rostro
del hombre a quien se había llevado por delante, entró en panico.

—¡N-no puede ser!, ¡U-usted es...Usted
es scrooge mcduck!—gritó Webby,
que parecía estar más aterrada que
Sorprendida.

—eh si...soy yo—Dijo scrooge algo
confundido mientras se ponía denuevo
sus anteojos.

《~♡Love Can Heal♡~》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora