Su cabeza dolía, la piel le quemaba, podía sentir como su cuerpo era golpeado brutalmente, creía que ya no lo resistiría. A lo lejos observó un rostro conocido, sus ojos gritaban súplica, desde el fondo de su corazón rogaba por que alguien lo salvará , que salvará a la persona que miraba tirada a su lado. La desesperación, el miedo que inundaba su alma llegaba a ser asfixiante. Hasta que simplemente sintió como sus vidas eran arrancadas de sus manos, ya no quedaba esperanza de salvación, se esfumó como polvo en el viento, solo quedó un dolor abrumador...
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Harry despertó con sus mejillas empapadas por las lágrimas, el corazón a punto de salir de su pecho, el miedo clavando en lo más profundo de su ser. Usualmente tenía ese tipo de pesadillas, cada una dónde sentía como su vida era arrancada de sus manos, generando miles de preguntas a sí mismo, logrando cuestionarse sus decisiones de vida una y mil veces, en esas ocasiones sólo deseaba ignorar sus preocupaciones y seguir con su vida, lamentablemente eso nunca era posible.
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Posteriormente de que logró calmarse un poco, decidió que era tiempo de levantarse y realizar su rutina normal de cada mañana. El rizado podría jurar que su vida se convertía cada vez más monótona, él realmente desearía decir que no extraña ese momento en su vida donde todos los días era una emoción distinta, por que por lo menos, en aquellos días, sentía algo, tal vez tristeza, culpa, o inclusive, amor. Sin importar que terminó tan herido, eso era mejor que una vida donde todo los días pasaban iguales, se sentía como estar muerto en vida. Y no lo odien, ni lo juzguen, él honestamente, a pesar de su desastrosa corta vida, estaba agradecido por que gracias a las situaciones que había vivido, lo hicieron el hombre que es actualmente. Sin embargo, en ocasiones, era tan difícil vivir, habían días dónde recordaba cada uno de los momentos más difíciles de su vida y sólo lograba llorar. Pero por el momento, desearía poder cambiar como vive.
Después de levantarse y tomar una ducha, decidió colocar algún vinilo aleatorio, mientras hacía el desayuno y tarareaba sus canciones favoritas. Normalmente, cuando terminaba de tomar desayuno y cepillar sus dientes, solía realizar la limpieza en su pequeño apartamento, igualmente tampoco era un gran trabajo o esfuerzo. El apartamento del ojiverde, no es lo más grande en el mundo, es acogedor y cómodo, siempre deseó adoptar alguna mascota, sin embargo, tuvo miedo de olvidarla, como muchas cosas en general.
Al terminar de limpiar, pensó que sería una idea inteligente recolectar un poco más de información sobre su reciente investigación, de la cual, estaba teniendo dudas si realizarla o no. Sorprendentemente, eso le tomó dos horas, como máximo en terminarlo. Dando por finalizada su usual miércoles por la mañana.
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Regularmente su jornada laborar iniciaba a las 11:00 a.m y concluía a las 6:00 p.m, todos los días. Específicamente ese día en especial, se sentía distinto, con un presentimiento de que algo le ocurriría, como de costumbre. Mientras tomaba las llaves de su auto, iba pensando en tantas cosas, llevándolo siempre al límite.
Fue bastante difícil cuando se mudó a Virginia, las cosas eran completamente distintas a como eran en Londres. Había tardado unos cuantos meses en terminar de acoplarse, y sin embargo, de vez en cuando, le ocurrían ciertos inconvenientes a causa de su torpeza y falta de costumbre.
Encendió su viejo Dodge Charger: 1970, que había comprado a un precio bastante accesible en sus primeros años universitarios, recuerda cuando solía trabajar en una panadería para poder pagar las cuentas.
Una de sus cosas favoritas sobre conducir, siempre iba a ser la radio, escuchar música era su forma de olvidar todo, siempre había estado para él, cuando nadie lo había hecho. Era su zona segura, donde por un momento podía bajar la guardia y descansar su mente. Justo en ese momento, comenzó a reproducirse por la radio Starman de David Bowie, y Dios bien sabía que el rizado era un fan bastante empedernido de su música. Así que empezó a cantar el verso con una pasión arrolladora
-Didn't know what time it was the lights were low I leaned back on my radio Some cat was layin down some rock n roll lotta soul, he said Then the loud sound did seem to fade- Cantó con parsimonia, siendo esta una de sus canciones preferidas Came back like a slow voice on a wave of phase That weren't no DJ that was hazy cosmic jive- sintió la emoción recorrer por sus venas al acercarse el coro There's a starman waiting in the sky He'd like to come and meet us But he thinks he'd blow our minds There's a starman waiting in the sky He's told us not to blow it Cause he knows it's all worthwhile He told me: Let the children lose it Let the children use it Let all the children boogie- continuó cantando, hasta que la canción concluyó.
Y no evitó pensar que tal vez, en otra vida, pudo ser cantante, con éxito mundial, como alguna vez lo deseó de joven, cuando veía a Jagger bailar en el escenario, la presencia tan imponente de Mercury, o las letras de Stevie Nicks, que lo inspiraban a componer, para hacer sentir a los demás lo que las canciones de Nicks le generaban a él. Sin embargo, todo eso se quedó en solo un sueño, y los sueños se desvanecen con el tiempo, dejando una memoria, una pizca de lo que fue alguna vez tener esperanza.
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Al concluir su viaje, llega al trabajo y tiene un día bastante normal, sin ningún improvisto. Desde hace un par de semanas, ha estado indagando por información, tras información, para su investigación, ya que, tiene que probar que la investigación es fiable, para ser completamente costeada por la universidad de Virginia. Probablemente en una semana terminé la recopilación de información y sea capaz de presentar el proyecto al consejo, esperando sea aprobado.
Y básicamente en eso consiste su vida actualmente, después de una jornada laboral, llega a su apartamento, hace la cena para si mismo. De vez en cuando prende la tele y mira alguna sitcom popular del momento, pero en el caso de hoy, decidió poner su vinilo favorito de Duran Duran, "seven and the ragged tiger", acompañado de una copa de vino a la luz de la luna.
No había cosa que el ojiverde odiara más que su propia soledad, las cosas que corrían por su mente en esos momentos eran deplorables. Desde una corta edad sintió que debía cambiar, que algo no estaba bien dentro de él, tal vez si fuera diferente sus padres seguirían con él...
Harry no podía eludir esa percepción de si mismo, sentía tanta oscuridad, solía creer que era sólo un juego, pero en momentos dónde veía su vida pasar al frente de sus ojos sin poder hacer nada, como si fuera un oyente de su propia vida, en esas exactas ocasiones, estaba convencido de que no era un juego. Tal vez su difícil crecimiento, su tormentosa relación familiar, o inclusive el tema de su sexualidad, a sus cortos 24 años había vivido tantas experiencias, pero a ninguna de esas creía que podría retribuirle el vacío en su alma.
Después de un tiempo simplemente pensado, decidió que era muy tarde como para seguir atormentando su mente. Así que se puso a recoger lo que había utilizado para cocinar, apago la tornamesa, cepillo sus dientes, cambió su ropa y se acostó a dormir, teniendo la suerte de caer en los brazos de Morfeo unos minutos después.
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Bueno, ese fue el primer capítulo :3 Espero les guste, cualquier sugerencia y opinión la pueden dejar en los comentarios <3
