Sentí un orgasmo llegar. Quité las manos de Camilo de mis caderas y las apreté contra mis tetas. Su pene dentro de mí, sus manos en mis senos, esto era demasiado. Todo lo que pude hacer fue tensionar mi cuerpo, el clímax duró uno veinte segundos. Fue el orgasmo más largo que haya tenido en la vida.
Exhausta me recosté sobre él, pero Camilo aún no había terminado conmigo. Siguió metiéndomela tan profundo como podía, bajó sus manos nuevamente a mi cintura y la apretó con furia, sus movimientos hacían que mi cuerpo subiera y bajara, y temía que Armando se diera cuenta de todo, pero al mismo tiempo eso renovaba mi excitación.
Como los vagones de un tren, empezaron a llegar nuevos y pequeños orgasmos, uno detrás de otro, sin darme mucho respiro. De un momento a otro Camilo se quedó quieto, sus manos me agarraron con más fuerza y pude sentir como mi vagina empezaba a llenarse de su semen. Podía sentirlo todo dentro de mí. Tensé mi cuerpo hasta que él terminara de vaciar su pene dentro, los dos terminamos muertos.
- Estamos a un par de kilómetros de un pueblo donde podremos descansar y comer algo. ¿Tienen hambre?
- Sí, papá. Podría comer algo. ¿Qué hay de ti, Valeria? Será mejor que comas algo.
- Estoy bastante llena, pero podría comerme una salchicha.Me agaché para recoger mis bragas y subirle los pantalones a Camilo, mientras él buscaba mi vestido. Rápidamente me las puse y mi hijastro me ayudó luego a vestirme.
- ¿Después de comer cuánto tiempo nos queda en el coche? – Le pregunté a Armando.
- Alrededor de dos horas. ¿Creen que ustedes puedan acomodarse durante dos horas más?
- No será problema, si Camilo y yo nos movemos como lo hemos hecho, pasaremos un viaje muy agradable. ¿No lo crees, Cami?
- Las primeras dos horas estuvieron bastante bien. Imagino que las próximas dos horas serán aún mejor. – Dijo Camilo.
- Imaginé que al menos uno de ustedes dos se estaría quejando.
- No tengo ninguna queja, padre. ¿Y tú, Valeria?
- Tampoco podría quejarme. Aunque intentaré que las próximas dos horas sean aún mejores.FIN.....