TGCT | ❝ prometo vivir cada día sin tener ningún remordimiento. ❞
─── nadie sabía la verdad sobre kwon jae. y entonces, han seojun lo descubrió.
true beauty fanfic
han seojun x female!oc
original de bittersqxtch
traducción por lueaxwin
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CAPÍTULO UNO ❛ hey, kwon jae está de vuelta y lista para arruinar la vida de todos. ❜
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—¡Kang Soojin~!
La chica de pelo negro apenas había procesado el hecho de que su nombre estaba siendo llamado cuando alguien golpeó en su lado y la hizo tropezar a un lado. Inmediatamente, un brazo la rodeó por el cuello y le hizo una llave en la cabeza mientras luchaba por recuperar el equilibrio. La chica Kang dejó escapar un estrangulado sonido de sorpresa e intentó zafarse de la llave dando un codazo a su atacante, pero su codo fue rápidamente atrapado por un firme agarre antes de que pudiera hacer daño alguno.
—¡Soy yo! Tranquilízate. No hace falta ponerse tan violenta.
Soojin vio el pelo rubio platino por el rabillo del ojo e inmediatamente dejó de forcejear. —¿Jae?, —preguntó insegura, con la voz apagada porque tenía la boca parcialmente tapada por el brazo de la persona.
Su atacante la soltó con una carcajada y se alejó un paso, permitiendo que la chica Kang se enderezara y finalmente la mirara. —La única, —nada menos que la mejor amiga de Soojin, Kwon Jae, dijo mientras hacía manos de jazz y sonreía de oreja a oreja.
Jae era unos centímetros más baja que la pelinegra, y su larga melena plateada enmarcaba su rostro con ligeras ondas. Un maquillaje ligero acentuaba sus rasgos, y sus ojos resaltaban gracias al delineador de fantasía con el que le gustaba experimentar y al tono lila que teñía sus párpados.
Su uniforme estaba tan desordenado y desajustado como siempre; nunca había sido de las que lo llevaban con normalidad. La camisa blanca del instituto estaba desabrochada para mostrar la camiseta negra que llevaba debajo, mientras que la falda gris plisada (que debería llegarle hasta las rodillas, según la política de uniformes del instituto Saebom) estaba arremangada y terminaba a medio muslo. Unas medias negras rotas y unas botas negras gruesas completaban su aspecto rebelde, y una pulsera de plata brillaba en su muñeca.
—¿Cómo has estado? —preguntó Jae, con un brillo burlón en los ojos, y añadió—: Apuesto a que has tenido la nariz metida en los libros de texto todo el tiempo que he estado fuera, ¿verdad?
