Ven.
Acércate y dime por enésima vez las ganas que tienes de acariciaeme el alma.
Dictamen las sílabas de tu nombre y permíteme que las guarde junto a todas aquellas utopías que nos confesamos una noche de septiembre.
Búscame en la séptima fila del cine y entregame todos los besos que di al aire (da por supuesto que tú eres todo mi oxígeno) y matame.
Mátame y marchate.
Maldigo todas esas veces, que no sirvieron para nada, en las que estuvimos buscando oxígeno sin saber, ni aprovechar, que nos teníamos enfrente.
Vete, y llévate mi ropa.
Pero devuélveme mi alma.
ESTÁS LEYENDO
En tu métrica me desangro.
PoetryCuánto tiempo va a llevarnos reponernos de los golpes y seguir disimulando que aún no me conoces.