Cap 6

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Aizawa entró a la casa y tras de el hizashi con la pequeña en brazos, está abrazaba al alfa por el cuello y dormía sobre su hombro. Después de una mirada amenazadora hacia su hijo, ambos adultos entraron a la casa y se dirigieron hacia el cuarto de la menor, el alfa no podía evitar ver la habitación de la menor, era totalmente opuesta a lo que el imaginaba que sería siendo hija de aizawa, el rosa predominaba, una cama con una tela transparente bajando desde techo, un tocador con un espejo gigante que guardaba los perfumes, peines, cepillos y muchas cosas extra de La Niña.

La recostó sobre la cama y esta se removió un poco abriendo los ojos viendo como ambos adultos le sonreían tiernamente.

-papá...quédate...solo para dormir...- expresaba la pequeña con cansancio mirando al rubio el cual asintió

-me quedaré aquí hasta que estés completamente dormida pequeña Eri- expreso el alfa con una sonrisa acariciando el cabello de la menor

-muchas gracias por lo de hoy...si Eri hubiera empeorado yo...no sabría que hacer- expreso el omega nervioso en susurros sentándose al lado del rubio

Ambos adultos se encontraban sentados en la orilla de la cama mirando a la pequeña que no tardaba en caer rendida Gracias a los medicamentos, iluminados simplemente por una luz de noche a su lado, las fermonas de estos se mezclaban en el aire inconscientemente mientras ambos sonrían uno frente a otro.

-está bien, nunca será molestia si se trata de ti o de ellos- expreso el alfa viendo a La Niña dormir plácidamente

-porque?...porque aún cuando he sido tan malo tú haz sido tan bueno conmigo- pregunto aizawa nervioso mirando al rubio el cual lo miró directamente a los ojos y sonrió

-porque estoy seguro que eres mi destino...y aunque no lo fueras yo te elijo para que lo seas- susurro este de vuelta el rubio viendo como los ojos del omega, al igual que sus mejillas se iluminaban ante la respuesta que su corazón le había proporcionado

El omega no tardó en tomar al alfa por el cuello de su camiseta y jalarlo hacia el en un movimiento brusco para juntar sus labios, un poco sorprendido el alfa no tardó en aceptar gustoso aquel beso, sus labios se movían en sincronía del opuesto, eran tan dulces como se veían, era tan carnosos que el rubio no pudo evitar morderlos un poco sacando una sonrisa del pelinegro, claro que era un beso peligroso pero al igual que eso había fuegos artificiales de fondo, eran dos adultos expresando sus sentimientos, claro hubiera seguido si cierto mini alfa no hubiera carraspeado la garganta sorprendiendo a los adultos los cuales dieron un gran salto al escucharlo ahí.

-que asco mamá- susurro el emo para luego salir de la habitación de la menor y correr hacia la suya cerrando la puerta de golpe tras de sí

Ambos adultos se miraron nerviosos y se levantaron de la cama, salieron rápidamente del cuarto de la menor y cerraron la puerta silenciosamente, no sabían que hacer, acaso en verdad era tan malo lo que sentían por el otro?, estaba mal lo que estaban haciendo?.

-cariño, ábreme, shinso necesitamos hablar- gritaba aizawa desde el otro lado de la puerta

-no, por favor, déjame solo- respondió el alfa menor de regreso

-shinso, no lo podemos dejar así, hablemos, el profesor yamada y yo...el y yo....nos gustamos- expreso el pelinegro nervioso y con su cara vuelta tomate ante aquellas palabras

-shinso, lo siento, se que no debí hacer eso sin consultártelo antes, soy un alfa el cual está interrumpiendo en tu hogar y....- expresaba el rubio nervioso hasta ser interrumpido por el adolescente

-exacto, se está metiendo en mi hogar, por favor váyase- gritó el alfa de regreso seguido de un fuerte golpe hacia la pared

-shinso aizawa, abre la puerta, podremos resolverlo si hablamos esto- gritó el omega furioso listo para romper la puerta

-no madre, no quiero y mi nombre es shinso shirakumo aizawa, no quiero otro padre- gritaba el joven con la voz quebrada desde el cuarto

Aizawa suspiro frustrado y golpeó su cabeza contra la pared.

-creo que será mejor que te vayas, al parecer esto será más problemático de lo que creí- expreso el omega frustrado mirando hacia la puerta de la habitación a lo cual el rubio tocó su hombro y se negó

-no estoy aquí para remplazar el lugar de tu padre ni mucho menos, estoy aquí para ayudar a tu mamá, entiendo, no es necesario que me abras tu corazón, lo comprenderé, yo también pase por lo mismo, soy un huérfano, entonces comprendo el dolor de la pérdida de alguien cercano a tu sangre- expreso el rubio junto a la puerta para luego escuchar cómo está se abría lentamente dejando ver un ojo del alfa menor

-en serio eres huérfano?- expreso el alfa curioso a lo cual el rubio asintió y rascó su nuca nervioso

-lo soy, cuando era muy pequeño mis padres igual murieron en un luchando contra un villano, me crié con una tía alfa cercana, cuando ella consiguió una omega no lo podía aceptar, sentía miedo, tristeza, creería que perdería su amor y atención....pero era falso, en cambio de eso recibí el doble de amor y apoyó, gracias a ellas soy lo que puedo ser ahora....no pido reemplazar a tu padre, pido que me des una oportunidad para hacerlos felices a todos, como una familia- expreso present mic nervioso sacando carcajadas del menor el cual abrió la puerta y frotó sus ojos borrando rastro alguno de lágrimas

-como lo dijo Eri- expreso el menor para luego correr a los brazos de alfa y lanzarse sobre este en un abrazo

El alfa no tardó en corresponderlo, tal vez su hermana tenía razón, las fermonas del rubio eran extrañas, cálidas, dulces, un poco diferentes a las de un alfa común, tan cálido que olía a eso, un padre.

Un novio para papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora