Cap 7

136 17 10
                                    

La Niña no se podía encontrar más feliz, diariamente hizashi los visitaba a la hora de la comida, casi siempre con algunos detalles tales como dulces, jugos y aveces juguetes para los menores, claro que para el mayor siempre un beso, un beso que este negaba a dárselo frente a sus hijos, siempre en la cocina, escondidos, aunque sin saber que eran observados por la menor la cual saltaba de la emoción siempre que lo hacían.

Ese día no era muy diferente, hizashi regresaba de la escuela ahora con aizawa, shinso y Eri montados en su moto, todos bajaron y los más jóvenes entraron a la casa sin perder tiempo, hizashi aún se encontraba acomodando su moto y quitando su casco, de sorpresa vierto omega pegó sus labios a los de el y rápido se separó volteando la vista sonrojado.

-Es que....Eri nos puede ver en la cocina- expreso el omega nervioso

El alfa quedó sorprendido mientras sus mejillas se iluminaban de un carmesí al igual que el del omega, su burbuja se rompió cuando a las espaldas del pelinegro se escuchaban pequeñas risas, ambos voltearon notando como los dos jovenes los observaban desde la puerta.

La cena prosiguió normal, una delicia culinaria echa por el omega, la noche callo y Eri con ella, el alfa tomó a la pequeña niña y la llevo hacia su cama recostándolo delicadamente sobre ella y saliendo de la habitación en silencio, el joven alfa igual ya se había encerrado en su habitación, ahora solo quedaban ellos dos y una tonta y melosa película romántica.

-creo que es tarde, me voy para que puedas descansar un poco- decía el rubio parándose de su asiento y dirigiéndose hacia la puerta

El omega tomó la mano de este llamando su atención, ambos se miraron frente a frente y el omega no pudo evitar sonrojarse.

-quisieras quedarte....solo por hoy?- pregunto el omega nervioso desviando la vista aunque sintiendo unas manos que tomaban su rostro y obligaban a ver al rubio frente a frente

-claro que si shota- respondió el alfa de regreso

Las luces de la casa se apagaron, los mayores entraron en la habitación del omega y cerraron con seguro, el omega dio unos pants sueltos al alfa viendo como este dejaba expuesto su bien trabajado abdomen marcado, el omega no quedó atrás e hizo lo mismo, ambos no podían evitar mirar las partes descubiertas de sus cuerpos y sonrojarse ante eso. El omega apago la luz y hizashi se recostó sobre la cama intentando acomodarse para dormir siendo sorprendido por el omega el cual se subió sobre el. El alfa se encontraba en shock ante eso así que el omega tomó las frías y dulces manos del rubio para ponerlas sobre sus caderas.

-vaya vaya shota, no sabía que haríamos algo así hoy- expreso el alfa en voz baja y seductora imaginando la expresión que estaría poniendo el omega en medio de aquella oscuridad

-pronto llegará mi celo...pero si te tengo a ti....no tendré miedo de pasarlo solo- expreso el omega nervioso sintiendo como el alfa comenzaba a tocar sus costados con sus grandes manos

-estás seguro de eso?- pregunto este en medio de la oscuridad sintiendo como el omega comenzaba a frotar su trasero

-quiero que solo seas tú- respondió el de pelo largo acariciando la mejilla del rubio para luego juntar sus caras en un beso

El alfa comenzó a bajar un poco el pantalón del que se encontraba sobre el mientras seguía la lengua de este haciéndolo poner expresiones que comprometían su sentido común, la habitación entera se llenó de fermonas que encendían el ambiente, el rubio comenzó a jugar con el trasero del menor haciendo sacar pequeños quejidos tiernos de su boca que eran ahogados por sus labios que se movían como en un tango. Ambos mayores quitaron sus pantalones sin perder el tiempo y el rubio comenzó a mover su mano de arriba hacia abajo sobre el miembro del pelinegro el cual parecía querer volverse loco.

-por favor, entra- suplico el pelinegro acercando su rostro peligrosamente al rubio el cual sonreía maliciosamente de lado

-hoy no...frótate- ordenó el rubio con una voz ronca y seductora que retumbó por el interior del omega

El omega no pudo evitar obedecer instintivamente aquella orden, colocando su trasero sobre el gran miembro del rubio comenzó a frotar frenéticamente ambos sacando gemidos cortos que eran callados por la lengua de hizashi la cual se metía en su boca y destruía la poca cordura que le quedaba.

-ssh mi hermoso shota, no queremos que nuestra hermosa Eri sospeche, cierto?- expreso el alfa seductoramente no muy lejos de los labios del omega

El omega asintió y volvió a pegar sus labios con los del omega sin parar el movimiento de sus caderas, el alfa intentaba mantener la poca cordura que le quedaba a flote mientras sentía el suave y abultado trasero del omega frotarse sobre su miembro que parecía querer acabar pronto.

-hi...hizashi....quiero...quiero acabar- decía el omega apoyando su cabeza en el hombro del alfa el cual movía las caderas de este ayudando a mantener su ritmo

-yo me encargo de eso- respondió en susurro el alfa sobre el oído del omega

Mientras aizawa frotaba rápidamente su trasero sobre el miembro del rubio hizashi comenzo a jugar y masturbar el miembro de este frenéticamente sacando varios gemidos y lamentos del de arriba, tras unos movimientos más aizawa se corrio sobre el abdomen de ambos siendo seguido por hizashi el cual terminó en el trasero de este. Ambos respiraban agitados y se miraron en medio de aquella habitación oscura que solo era iluminada por la luna sonriendo levemente hacia ambos.

-tomemos un baño juntos- expreso el omega para levantarse de encima del alfa y poner un pie fuera de la cama

El omega dio tres pasos y no pudo evitar caerse al suelo en un gran golpe el cual alarmó al alfa el cual rápidamente prendió la luz mirando como el omega traía su hermosa piel pálida completamente sonrojada, orejas, ojos, mejillas, nariz, hombros e incluso sus muslos, tan delicado e indefenso que no pudo evitar que el amigo entre sus piernas también volviera a levantarse para saludar.

-yo em...lo siento mucho...- expreso el alfa nervioso cubriendo sus partes nobles viendo como la en la cara del omega se formaba una sonrisa maliciosa y una marida de lujuria lo abarcaba

-tal vez ahora si podemos hacerlo completo- respondió el omega para ver cómo un sonrojo se apoderaba del alfa

Hizashi tomó al omega entre sus brazos y este gustoso pasó sus brazos sobre el cuello del rubio mientras ambos se dirigían hacia el baño para cerrar la puerta tras de sí con seguro, gracias a Dios al día siguiente no había clases.

Un novio para papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora