𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟾

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Capítulo narrado por SooBin.

No recuerdo exactamente el porqué de un día para otro había encontrado en mi cabeza la pregunta del ¿qué se sentiría tener una vida normal? Y si, por vida normal me refiero a una vida de verdad, despertar por la mañana y desayunar algo tranquilo, ...

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No recuerdo exactamente el porqué de un día para otro había encontrado en mi cabeza la pregunta del ¿qué se sentiría tener una vida normal? Y si, por vida normal me refiero a una vida de verdad, despertar por la mañana y desayunar algo tranquilo, sentir el cálido "buenos días" de una madre o un padre, ir a la escuela y conocer personas, tener amigos y una buena pareja, claro que eso para mí era muy difícil de conseguir.

Mi vida no estaba destinada a ser perfecta, bueno, al final de cuentas, la vida no es perfecta para nadie, me gustaría decir que todo lo que tengo lo he conseguido limpiamente, y si algún días llego a tener hijos me hubiera gustado decirles que todo lo conseguí con grandes años de estudio y preparación y alentarlos a hacer lo mismo.

Pero lamentablemente esto no es así, todo lo conseguí manchando mi nombre y también mi cuerpo, matando personas, incluso personas inocentes, trabajando de cada en casa con personas malas, vendiendo mis servicios de matón con personas de la mafia, haciendo cosas que una personas a sus 16 años nunca debe hacer.

Sin embargo, puedo decir y asegurarle a cualquier persona que si me presentara una oportunidad de cambiar mi vida, no lo haría; porque gracias a esa decisión que tome conseguí todo lo que quería.

Me pude dar mis lujos y mis necesidades, comprarme todo lo que se me antojara, pero algo era seguro, nunca podría comprar mi felicidad con ese dinero.

No, hasta que lo conocí a él.

Perfecto, esa es la palabra que lo define en segundos.

Y sé que he dicho que lo perfecto no existe, pero, vamos, ¿en serio creen en eso cuando conocen a Choi BeomGyu?

Pase solo dos segundos de mi vida en darme cuenta realmente que mi vida entera estaba frente a mis ojos, aquel día en aquel puente.

En ese momento; pude darme cuenta he incluso una pequeña pizca de esperanza creció en mí, al saber que podía llegar a importarle a alguien.

Los mejores momentos de mi vida, han sido con él, y se los puedo asegurar, a pesar de que mi vida es una tragedia completa, cuando estaba con aquel adorable niño, toda mi vida se olvidaba, era como si se desvaneciera todo, T. Rabbit no existía cuando estaba con él, era Choi SooBin.

Cuando se me presentó esa oportunidad, sabía que tenía que agarrarla si o si, tener a una persona como él en mi vida, era lo mejor que alguna vez me pudo pasar.

Y no exageraba cuando decía eso, porque aunque muchas personas piensen que es mentira, no lo es, a pesar de que BeomGyu sabía ahora a lo que yo me dedicaba y sabía quien era realmente, yo ni estaba dispuesto a matarlo, ni dejar que lo mataran.

Estaba enamorado.

Se sentía como la mierda, porque ese sentimiento era nuevo para mí, y me hacía sentir bien, y cuando algo me hace sentir bien me hace querer tenerlo conmigo todos la vida.

Por eso me importaba una mierda que BeomGyu fuese de la CIA y ahora quisiera matarme, no me importaba, yo pudiese ver su rostro unos días más.

Estaba dispuesto a cuidarlo, o tratar de hacerlo.

Pero es que, una parte de mí no puede evitar ser pesado con él, sobre todo porque sé que él me quiere vivo aún.

Lo veía dormir, estaba acostado por fin en un suave colchón, cubierto por unas sábanas, descansando.

Después de todo el show en aquella bodega lo traje inmediatamente a la casa, aún no sabía dónde estaban Bang Chan y YeonJun, pero tenía que saber si su amiguito TaeHyun aún seguía con vida, que era lo más probable, pero en definitiva con virginidad no había salido.

Tomé mi celular y marqué solo dos dígitos, en cuestión de segundos la voz gruesa de Bang Chan se escuchó.

—¿Qué tal Soo?

—¿Qué tal ustedes? —. Dije soltando una risita —Dime, ¿dónde putas están? ¿YeonJun aún tiene con vida a ese idiota?

—Por dios Rabbit, sabes que aunque quisiera matarlo, YeonJun me hubiera cortado los huevos antes de ponerle una mano encima a su ardilla.

Reí un poco, era cierto, YeonJun tenía una ligera obsesión por las ardillas, ya sean en peluches, dibujos, retratos, lo que sea que tuviera ardillas, lo quería.
Y para su suerte ese amigo de BeomGyu parecía uno, aunque no estoy seguro si le gustan los ardillas por su apariencia o porque le gusta coger tanto como a ellos.

—Bien, ¿Cuándo vienen?

—Llegaremos mañana por la mañana, TaeHyun aún está herido y YeonJun quiere llevarlo con WooYoung.

—¿Para qué irán con él? —. Pregunté, no era ningún secreto que Woo no me caía nada bien, aunque él no tenía nada que ver con los negocios en los que estaba, él solo era el cirujano encargado de curar a aquellas personas de la mafia que salían heridas.

—Para que curen a TaeHyun, duh.

—Está bien, regresen pronto.

—Eh, ¿mataste a BeomGyu?

Trague duro, no, no lo había matado, a pesar de que dije que sí.

—No, sigue vivo y está conmigo.

—Está bien SooBin, ¿recapacitaste?

—Nada de eso, él nos ayudará para acabar con la CIA, que mejor que tenerlo de rehén.

Escuché como Bang Chan suspiraba y se despedía de mí, colgué el teléfono y volteé a ver a BeomGyu quién aún estaba durmiendo.

Sonreí al verlo ahí, tan hundido en su sueño, como si su vida dependiera de dormir, a veces pensaba que así era.
Me gustaba mucho ver su rostro, su rostro era mi preferido, ver sus acciones, todo de él.

Si tuviera que regresar el tiempo lo haría solo por él. Podía incluso mandar todo la mierdad en esos momentos, para que él no saliera herido y que terminara bien, pero justo ahora, en la posición en la que me encontraba —com toda la CIA detrás— sería muy difícil.

Suspire y apague la luz del cuarto, lo mire unos segundos y me incline en él.

—Dulces sueños, Beomie.

Dije y besé su frente.

—Dulces sueños, Binnie.

Mi corazón pálpito rápidamente, sentía que mis mejillas estaban calientes, mis ojos se humedecieron.

Ese sentimiento estaba ahí, de nuevo, aunque para ser sincero, nunca se fue. Siempre estaría ahí mientras BeomGyu existiera.

—Creí que dormías.

—Lo hacia, pero tu beso me despertó.

—Tienes que dormir.

—No quiero.

—No te estoy preguntando, adiós.

Sentí como hablaron fuertemente mi brazo, me sostuve con mi mano para no caer encima de BeomGyu.
Lo miré a los ojos, aquellos que reflejaban felicidad todo el tiempo, y era extraño, porque a pesar de la situación en la que estaba, sus ojos seguían reflejando felicidad.

—¿Qué pasó?

—No te vayas, no me dejes.

—N–No...

—Otra vez, no me dejes de nuevo.

Suspire asustado, a pesar de que estaba mal, sus palabras me hirieron.
Me hicieron sentir culpable de todo.

—¿Quieres que duerma contigo?

—Quiero que te quedes conmigo?

—Agh, solo será un rato.

—Que sea para siempre.

No, por favor, no de nuevo.

archivo 12-b: el caso de t. rabbit.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora