Olivia observaba con exasperación a los niños gritar y jugar corriendo de un lado a otro sin parar en su césped. No los odiaba, no obstante, tampoco le agradaban. Sabía que Claire ofreció su jardín para la fiesta de cumpleaños de Amira en un intento desesperado para tratar de persuadirla de tener hijos propios. Lo cual solo empeoraba las cosas en su relación. Percibió a su madre reír con su novia, ambas miraban embobadas a la pequeña cumpleañera dar varios pasos hacia sus padres.
Adoraba a su pequeña sobrina de mejillas regordetas y cabellos rubios, desde el momento que Elizabeth la puso en sus brazos con tan solo horas de nacida. Quizá esa era una de las razones por la cuales no se negó al espectáculo montado en su hogar, toldos decorados por tonos pasteles simulando cabellos de unicornios, una mesa de postres, el inflable de color rosa y el pastel de la misma temática en su refrigerador. Por lo menos Claire tuvo la gentileza de no contratar payasos.
Giró su cabeza a la derecha, su padre y padrastro charlaban en una esquina bebiendo una cerveza, no tenía idea en que momento el gran Robert Souza se hizo amigo de Daniel. Ambos se detestaban lo suficiente como para poder coexistir en la misma habitación, o eso demostraron en su fiesta de graduación. Los dos hombres se derritieron de ternura cuando la pequeña pasó enfrente de ellos saludándolos con sus manitas, fue en ese preciso momento en el que se dio cuenta de que Amira era la variante.
Dio un brinco al sentir una mano en su espalda, Sienna disculpó con un gesto amable al estirar su mano ofreciéndole una copa de vino que con gusto aceptó. Ya que si algo tenía en común con la amante de su padre, era el deseo por nunca tener hijos.
—¿Te estás volviendo loca tanto como yo? —preguntó la de cabellos negros bastante incómoda por las miradas que le daban las madres de los invitados. ¿Quién en su sano juicio era capaz de invitar a la novia de su padre a la fiesta de su hija?
—Está a punto de darme un derrame —la rubia contestó respirando lo más profundo que sus pulmones le permitieron —amo a mi sobrina, solo mírala. Es hermosa.
—Me suena que vas a agregarle un "pero" a tu oración —la mayor se mofó un poco de su hijastra al balancearse sobre sus pies.
—Yo no quiero esto para mí —confesó apretando los dientes —no quiero tener que organizar fiestas de cumpleaños o ir a reuniones escolares, incluso no quiero escuchar que me llamen mamá. ¡Dios! ¿Cómo lo has hecho?
—Busqué a un hombre que ya tuviera hijos, de esa manera no los iba a querer conmigo —bromeó la de cabellos negros encogiéndose en hombros. Ambas comenzaron a carcajearse, pues en realidad tenía sentido lo que Sienna mencionó.
Terminó su vino bajo las miradas curiosas de sus hermanos mayores y la novia de ambos. Una situación extraña para la gran mayoría, no solo por el hecho de que Elizabeth y Christopher eran hermanastros, sino que sumaban a la hermosa rubia de piel blanca a su relación.
Robert se acercó a ellas con timidez, pues su hija menor apenas solía dirigirle la palabra desde su acto académico en la universidad. Sienna le regaló una sonrisa a su pareja, animándolo a entablar una conversación.
—Liv, subí a tu baño y vi que tienes una hermosa pintura en el pasillo. ¿La hiciste tú?— inquirió el mayor jugando con sus manos.
—También te quería preguntar eso, es exquisita —confesó la de ojos grises.
—Oh no, yo no— la chica sacudió la cabeza negando —es un regalo de cumpleaños por parte de Sophie —Olivia acarició su brazo al bajar la mirada.
—Oh, aun así es encantador. Los símbolos a su alrededor representan.
—Fortuna —la ojiazul terminó la oración de su padre —tú nos hablaste de ellos y al parecer no se le olvidó.
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IN THE SHADOWS
Mystery / ThrillerDespués de ocho años de tranquilidad, Liv recibe una llamada que hará que ella y sus amigos confronten su pasado.