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Lo conocí un día de lluvia, paso por mi lado como si nada, pero para mi era como si detuvieran el mundo.

Ese día ni Frederick y Emi habían asistido a clase, no me llevaba de lo mejor con los demás estudiantes, así que me la pasaba solo esos días en que ellos faltaban o tenían algo más que hacer. Estaba en uno de los salones practicando mis técnicas de dibujo, estaba solo, cuando entraste al salón en busca de algo o quizás, tan solo buscabas estar solo. Apenas notaste que estaba ahí, a penas me viste detrás de ese enorme caballete.

- Día perfecto no? - preguntaste mientras mirabas por la ventana, no contesté,  No sabía como o que - megustan los días así, grises, lluviosos, calmos como para quedarte viendo la ventana todo el día - aseguraste con calma mientras tus verdes ojos aún se hallaban en la ventana.

El silencio Reino un momento en el lugar, yo seguía trazando líneas en el lienzo mientras de vez en cuando te veía a la orilla de el. Te veías triste, como si una grave noticia hubiera caído sobre ti como la nieve de una rama empujada por el viento.

- esta perfecto para una chocolatada caliente - asegure sin mirarte, pero aún así sabía que me mirabas atento, lo que me ponía nervioso. Pensar que me prestaban atención por un comentario tan tonto y absurdo.

- si, eso me encantaría en estos momentos - contestaste antes de que tu móvil sonará. Oi como alguien te gritaba y preguntaba donde estabas al otro lado de la línea telefónica, tu tan solo contestabas que se calmara y que saliste por un poco de calma. Te seguí con la mirada mientras te ibas del salón, hablabas tanto por el móvil que apenas te despedirse de mi, y por alguna razón, eso me entristecio.

Después de unas horas inconciente en mi mente, mire el cuadro que estaba haciendo. Me quedé sorprendido de ver que en algun momento, no a cuando, te había plasmado en el blanco lienzo. Odcerbabas la ventana con tristeza, la tenue luz apenas alumbraba tu figura y tus manos se hallaban metidos dentro de tu sudadera. Aún recordaba los colores que desprendias en mi memoria, así que aún algo incrédulo, pinte aquel cuadrado de madera y tela con delicadeza, detalle cada detalle tuyo que conversaba mi memoria, me esforce por pintar lo más verde posible tus ojos, esos que parecían alumbrar la oscuridad. Me espere tanto que el tiempo voló y apenas había tenido cuidado con manchar mi ropa, pero no podía sentirme tan satisfecho al terminar aquel cuadro, que no me llegó a importar que me había saltado dos clases y que tenía como 5 llamadas perdidas de mis amigos.

Las 7pm de un 30 de mayo, miércoles marcaba mi movil en el momento en que firme el cuadro y salí del salon en dirección a las residencias, lugar donde vivía durante mis estudios.  Ya era tarde y llovía bastante como para hacer algo más y mi cabeza aún andaba tras aquel moreno de mirada verde que había visto aquella tarde de mayo.

4 de Junio...

Frederick no paraba de molestar a Emi con que quemaria su carrera de unicornio, Rudy hablaba animado con Felicia de la nueva tendencia de los estampados a rayas en las cosas, Jill y Liana escuchaban música juntas mientras leían los apuntes de su siguiente clases y Finn me ayuadaba a estudiar a mi y a Emi sobre uno de los pintores más conocidos de nuestra ciudad.

Era una tarde cálida y agradable, en nuestro café favorito los batidos estaban en promoción estudiantil y que estábamos asta las manos antes de que llegarán las vacaciones de verano, dos meses y medio de relajo para luego volver  a iniciar los estudios asta las fiestas, donde serían dos semanas de vacaciones para pasarlo con amigos y familia.

- y así es como realizó su gran pintura, titulado; La Furia - contaba Finn mostrándonos en el libro la pintura de Gardenia Verónica Delphinium Elatum, donde un león de pelaje negro luchaba contra cientos de hombres mientras cargaba un hombre en el lomo.

Nuestro 30 De MayoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora