Compass ·|Eli/Hawk (Halcón)|· [Pausada]

·|Capítulo 6|·

Minutiae <Latín>
(Sust.) Los pequeños y precisos detalles que hacen a uno único.

***

Desperté asustada a causa de los golpes que se escuchaban en la casa.

Al parecer habían llegado.

Me había quedado dormida en el suelo, había llorado hasta cansarme y no tuve la fuerza para caminar hacia la cama.

Me levanté rápido ignorando el ardor en mis piernas por los recientes cortes y salí de mi habitación.

Steve estaba en la cocina y la luz del cuarto de mi madre estaba encendida, sin pensarlo dos veces me adentré a dicho lugar.

-¿Qué pasó?- pregunté preocupada, aguantando las lagrimas

Tenía un ojo morado prácticamente inyectado en sangre y un parche en la mejilla. Sus brazos tenían algunos moretones y se notaba con solo verla lo mal que se sentía.

-Tuvimos una discusión- contestó sin energía

La acompañé hasta la cama y una vez que se acostó, la arropé y me senté a su lado.

Estaba claro lo que había pasado. La golpeó solo porque le daba la gana y se desquitó con ella de todos sus problemas, pero claramente no le convenía que mi madre esté muerta. La necesitaba viva.

-Eso no es excusa para lo que hizo-

-Lo sé, pero no pienses en eso ¿si?- dijo acariciándome la mejilla -yo no voy a ir a ningún lado y a ti no te pasara nada, no voy a permitirlo-

-Pero no quiero que te pase nada a ti tampoco, solo vayámonos lejos, por favor- dije sosteniendo fuerte su mano y dejando que una lagrima rebelde escapara

-No podemos cariño, al menos no todavía. No tenemos a donde ir, fuera de este lugar no tenemos nada- vi como algunas lagrimas salían de sus ojos también.

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Luego de eso no pude conciliar el sueño.

Con todo el tiempo del mundo me di una ducha y rebusqué entre mi ropa algo para ponerme.

Sonreí al ver un sweater que tenía desde hace años. Me recordó a alguien e inmediatamente su imagen vino a mi mente. Supe enseguida que debía usarlo, al menos le daría apoyo indirectamente al llevarlo puesto.

Salí de mi casa sin apuro, no había desayunado y apenas si había descansado un poco, pero no importa, no iba a pensar en eso ahora.

Llegué a la casa de Eli, pero todavía era un poco temprano así que me senté en la acera a esperar. Trataba de pensar en cualquier cosa menos en todo lo malo que estaba pasando en mi vida en estos momentos, pero claramente era imposible. Retuve las lagrimas lo más que pude y para mi suerte el ruido de la puerta abriéndose me sacó de mi transe.