Más de lo que debería [Nanami/Satoru]

Gustarle.

Satoru estaba atónito, sin palabras y con la mente en blanco.

Pues, ¿Sería posible? ¿Que él, Nanami, gustara de él, Satoru Gojō?

Honestamente no lo creía, era insólito. No podía ser real lo que estaba sucediendo, era imposible.

Kento y él eran como agua y aceite. Y tenía en claro que él no era del total agrado de Nanami; era confianzudo, irrespetuoso, engreído y, su personalidad era un desastre.

Eran tan opuestos uno del otro, que concebir la idea de qué Nanami pudiese albergar sentimientos hacia su persona de índole romántica...

— Oye, ¿Estás bien?

— ¿Eh?

Kento vuelve a suspirar, y sacando del bolsillo de su pantalón un pañuelo, comienza a limpiar su rostro. Satoru no pregunta la razón, es obvio que inconscientemente estaba llorando.

¿Pero por qué? Era la pregunta que rondaba por su mente en ese momento.

— No buscaba presionarte, discúlpame.

— No... No es eso — responde, sin siquiera interrumpir las acciones de Nanami o alejarlo —... Sólo, estoy confundido.

— Yo también lo estaba.

— Es que, ¿Cómo es posible que yo te guste?

—... Honestamente, tampoco lo sé — apartó su mano que secaba con el pañuelo sus lágrimas, guardándolo a medias en el bolsillo. Sin dejar de mirarlo a los ojos —. Y ya no voy a seguir preguntándome el motivo. Sólo pasó, es todo... Pero, no estás forzado a corresponderme, Gojō.

Nanami sonrió de medio lado, y antes de irse de ahí, le dijo —: Déjalo así.

Y Satoru sólo pudo verlo marcharse, con las manos metidas en los bolsillos.

... O tal vez no.

— ¡Regresa aquí mismo, idiota!

Kento quien no se esperaba un insulto de parte de Satoru, se volteó molesto, con la intención de reclamarle. Sin embargo, lo que pasó fue que terminó en el suelo con Satoru Gojō sobre él.

— ¡Tarado, eso duele!

— Si esperas a que me disculpe, pues sigue esperando.

— Tú...

— ¿Cómo te atreves a confesarte e irte así como así? ¿Eh! — Gojō lo tomó del cuello de su sudadera, mirándolo con el ceño fruncido mientras apretaba de a ratos los dientes, molesto —. ¡Toma la responsabilidad, idiota!

— ¿De qué mierda estás...?

— ¡Cállate y bésame!

Kento no tenía idea de lo que estaba pasando, estaba aturdido. Y el que Gojō lo estuviese besando bruscamente, no le estaba ayudando; aunque, no era como si le disgustara del todo la situación.

Por lo que, dejándose llevar por el momento y también por la molestia de haber sido ofendido por Satoru, lo tomó de la nuca al mismo tiempo que sus dedos se enredaban en sus cabellos nieve y le besó de vuelta.

(Los amores de la juventud, siempre los más vivaces y posiblemente, los más eternos).

-Traumada Taisho

Ah sí, aquí son chavos xd