Abril 1991
Llevando un plato de comida a la mesa, se sentó a horcajadas en el regazo del chico del cumpleaños. — Hice todos tus favoritos.
Yeol le colocó la mano en su culo mientras le llevaba una salchicha a su boca. — Pensé que habías dicho que no podías comer más, — dijo llevándose el bocado a la boca.
— De acuerdo con tu mamá, no tendrás oficialmente treinta y seis hasta las tres y veinte de esta tarde. — Lamió una gota de sabroso jugo que resbalaba por la barbilla de Yeol.
Yeol mordisqueó la salchicha antes de chupar el último bocado, junto con sus dedos, en la boca. — Mmmm.
Sonriendo, llegó a la mesa para coger otro bocado. Apestaba que el cumpleaños de Yeol hubiera caído en lunes, pero ambos lo habían celebrado el día anterior. No podía creer que el hombre se hubiera puesto realmente el ridículo sombrero de fiesta todo el día sólo para hacerlo feliz. Había planeado algo especial para después del trabajo, pero quería que fuera una sorpresa.
— Hice una reserva para las siete y media en el Restaurante Italiano que te gusta.
Yeol asintió, la boca llena de comida.
— ¿Quieres tu regalo ahora o después? — preguntó.
Yeol pasó los dedos por la costura de sus pantalones de algodón. — Depende de lo que sea.
Con otro trozo de salchicha lista, la acercó a los labios de Yeol. — Eso, mi dulce hombre, no es algo que te dé sólo una vez al año. Tú, hermoso, tienes libre acceso a mi culo cada vez que lo desees.
— Sigue siendo un regalo, — murmuró Yeol alrededor de sus dedos.
Con el tiempo acortándose, no pudo contener su excitación. — Espera. — Se bajó del regazo de Yeol y corrió para coger su bolsa de viaje fuera de la sala de estar. Llevándola a la cocina, la puso sobre la mesa antes de sacar un sobre grande. — ¡Feliz cumpleaños, amor!
Yeol tomó el sobre y él subió de nuevo en su regazo. — Eres demasiado profundo para que esto sea una simple tarjeta.
BaekHyun asintió con entusiasmo.
Yeol abrió la tarjeta y se quedó mirando el folleto y el considerable cheque en el interior. — No lo entiendo. ¿Por qué estás dándome el cheque de tu bono?
Tomó el folleto y empezó a explicar. — Bueno, sé que nunca tuviste la oportunidad de ir a la universidad, así que pensé que ahora podría ser el momento perfecto. Estoy ganando lo suficiente para mantenernos, siempre y cuando nos quedemos aquí, en esta casa.
— No. No me siento cómodo con que me mantengas. — Yeol trató de devolverle el cheque.
BaekHyun rápidamente puso las manos en la espalda, negándose a aceptar el regalo devuelto. — Dejaste todo sólo por venir conmigo. Durante casi toda mi vida has sido la única persona con la que he podido contar. Ahora que estoy en condiciones de darte algo a cambio, permítemelo. Ve a la universidad. Haz algo con tu pasión por los números.
Yeol negó con la cabeza y puso el cheque sobre la mesa. — No recibiré un pago por las cosas que he hecho por ti. — Lo levantó de su regazo. — Ahora si me disculpas, tengo que ponerme en marcha antes de que llegue tarde al trabajo.
El rechazo dolió. Se puso en pie, inmóvil, mientras Yeol salía fuera por la puerta. — ¿Qué pasó? — Le susurró a la habitación vacía.
