Capítulo 14

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El aire comienza ha hacerse frío, supongo que a las 3:12 de la mañana la temperatura siempre baja.

Se que ya es tarde y que posiblemente, tendré que ir mañana a la escuela. Pero la verdad no me importa, aun no quiero separarme de los brazos de Erick, yo no quiero soltarlo, y es obvio que el tampoco a mi. Su hagarre es tan fuerte, como si no quisiera dejarme ir. Y agradezco por ello, de no ser así, seria aun mas sencillo despegarme de el, y por supuesto yo no quería eso.

El aire frío azota contra mis mejillas, secando las lágrimas que habían salido de mis ojos y comienzo ha sentir frío. La barbilla de Erick esta apollada en mi cabeza, siento sus brazos fuertes y el poco aroma de su colonia. Siento paz, pero también vergüenza, a) por haber dejado que el me viera llorar y b) porque ahora sabe que mi padre me golpea.

Oh no...seguramente Erick no querrá tener nada que ver con una niña, a quien su padre golpea.

- Que pasa? - la pregunta de Erick me regresa al mundo normal, al triste y lleno de mierda, mundo real.

- Nada, es solo que... - el se despega un poco de mi, lo suficiente para poder verme. Pero yo tengo la cabeza clavada en el suelo, no puedo mirarlo, solo...no puedo.

- Que? - siento sus ojos clavarse en mi, suplicandome que lo mire - Rey?

Sus largos dedos me toman por la barbilla, el quiere que lo mire. Pero no puedo, no puedo dejar que el me vea así.

- Creo que...

Respiro fuerte y dejo salir el aire, me armo de valor y enfrentó esos bellísimos ojos verdes.

- Creó que ya es tarde - le digo con una media sonrisa, y el la acepta.

- Humm si, claro - me separo de sus brazos, y ese gesto hace que algo dentro de mi duela. Me levanto y el también, en ese mismo instante el se acerca a mi, y se por un minuto que quiere besarme. También quiero besarlo. Cárajo! Si que quiero besarlo, pero después de mi irrepentina confesion, no creo que besarlo me ayude mucho. Retrocedo dos pasos atrás, y para mi sorpresa el se da cuenta de mi rechazo, parece algo...ofendido.

- Te llevó a tu casa? - el me pregunta algo seco y distraído.

- No - le digo en un susurro.

- Porque no? - el parece muy ofendido.

- Porque no Erick - le digo bruscamente, y por un segundo me arrepiento.

Oh Erick, perdoname.

- Rey...

- Erick por favor - le digo interrumpiéndolo y yo aun sigo con la cabeza abajo - No insistas, de acuerdo?

- Bien - el me dice, y persivo un poco de enfado en su voz - Entonces te veo mañana.

- Bien - doy media vuelta y comienzo a caminar. No puedo mirar hacia atrás, que noche tan horrible, en un minuto estábamos besándonos, hasta ese entonces todo iba bien, hasta que vio mis moretones y todo se derrumbó.

Que estúpida! Que estúpida...

Sabia que esto pasaría, sabia que en algún momento tendría que contarle a Erick. No podría soportar el solo hecho de que, en algún momento tendría que contarle de mi mi vida de mierda, y sobre todo de mi padre. Así es, ese hombre que me dice cada minuto del día cuanto me odia y me desprecia, que soy un vil escarabajo, un accidente de la vida. Así es, ese es mi padre.

Cuando al fin regreso a la casa de Maya, todas las luces aún siguen apagadas. Pero claro, quien estaría despierto a las 3:49 de la mañana, Oh si...yo.

Me dirijo a la cocina, tomo un vaso de vidrio y lo lleno con agua. Tomo un trago, es tan refrescante, y en ese momento, sin previo aviso, comienzo a llorar. Recuerdos de ayer, cuando mi padre me azotaba con el cinto, sus palabras llenas de odio, aun me siguen doliendo. De hecho es curioso, porque a pesar de todos los golpes que me ha dado, desde que tengo memoria, no son los golpes lo que me duele, si no sus palabras, esos insultos, son lo que mas me duele.

Stay With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora