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Estaba caminando lentamente, mientras el viento rozaba su rostro, recordaba los buenos tiempos y se sentía solo...


Estaba solo.

Solía gustarle el otoño, correr junto los niños, ayudar a las hermanas, tomar chocolate caliente en la noche mientras veían una película...

Pero ahora él ya no estaba ahi y no podría volver, lo habían abandonado.

Sabia que no era culpa de ellos, simplemente ya era muy grande para quedarse en su antiguo hogar, ademas nadie querría formar una familia con junto un joven mudo. Le dolía mucho, pero era la verdad. 

Miro al cielo, estaba nublado, eso le alegro al menos iba a sentirse triste en un día  nublado, tal como los protagonistas de las películas, aunque él no era uno.

Estaba cansado, había deambulado sin rumbo desde la tarde anterior y estaba ya comenzando a amanecer, el viento se hacia más frio y su cuerpo comenzaba a temblar. A lo lejos vio una banca y sonrió débilmente, quizás los planetas se alinearon a su favor, al ver su gran desgracia.

Camino con prisa y al llegar se sentó en el no muy cómodo asiento, pero no le importaba mucho sentía que si caminaba un poco mas sus piernas ya no reaccionarían .

Miro al costado y observo las hojas caer del árbol de maple, era hermoso, vigoroso y por más raro que sea le traía recuerdos. Se agacho con cuidado y tomo una de sus hojas, guardándola en el bolsillo de su saco viejo. 

En eso escucha un sonido a lo lejos que le llama la atención por su dulce melodía.

"Nareul Tteonagaji ma

Nareul namgyeoduji ma

Doraseon ne mame

Balgireul naege dollyeojwoG

anjeolhan neoreul wonhae" 


Al voltear la mirada, el de cabellos azabaches se encuentra con una chica bajita, escuchando música, mientras baila torpemente. Él la miro  detalladamente y sonrió, le daba mucha ternura la pequeña ojimiel. La muchacha estaba tan absorta en la música, que se dirigió a la banca sin siquiera prestar atención que a su lado un chico la miraba con gracia.

Pero el chico no contó con qué  la joven volteara de repente y lo mirara fijamente.

Uh?... Ay no me digas que me viste-dijo sonrojada, haciendo que el peli-azabache asintiera levemente también avergonzado - Qué vergüenza, olvida lo que viste, me pondré audífonos.- el chico solo la miro y le brindo una sonrisa.

(Es muy linda, que hará tan temprano aquí?) pensó.

La chica se coloco los audífonos y tratando de evitar la profunda mirada de quien estaba a su costado siguió en lo suyo, pero los minutos pasaban y el apuesto joven no dejaba de mirarla de reojo.

{Acaso no tiene nada más  que hacer} susurro para si misma la chica de cabellos marrones {Querrá  escuchar música ?}

El inquieto joven no podia dejar de observarla, era una muchacha muy hermosa a su vista. En eso la muchacha volteo a verlo con la ceja levantada.

Cuando el otoño llega y las hojas caen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora