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El dia estaba nublado y hacia frio, pero Aki seguía caminando en busca de un trabajo, realmente no le importaba ser un lavaplatos o un limpiador de pisos, tan solo quería un trabajo para poder pagar una habitación.

Mientras pasaba iba viendo varios carteles pegados en las paredes, pero solamente de anuncios publicitarios.

(Amarres a tu ex, leer el futuro, bar nocturno, perritos perdidos... pff acaso no hay alguien que quiera un empleado) pensó Aki ya aburrido de los mismos anuncios por toda la calle.

Se sentía muy cansado, no había comido ni bebido nada más que agua y no tenia cómo pagar ni un sandwich.

Decidió tomar un descanso y con todos sus esfuerzos camino hacia el asiento mas cercano, estaba un poco alejado de las calles principales y daba malas vibras pero no le importo mucho, cuando iba a cerrar los ojos y dormir profundamente, logro escuchar unas voces. Pensó ignorar lo que sucedía, ya que no estaba de humor para chismosear, pero se comenzó a oír gritos y llamadas de auxilio, haciendo que se sobresaltara y buscara de donde provenían aquellos sonidos.

En eso logra divisar a dos niñas ambas acorraladas por dos sujetos vestidos de negro.

{No griten! No les vamos a hacer daño creanme, así que bajen la voz} susurraba uno de los hombres.

{Miren somos amigables, si? Solo vengan con nosotros} dijo el otro

Aki abrió los ojos en grande, sabiendo bien quienes eran esos hombres.

(Traficantes de órganos) pensó el azabache totalmente desesperado debido a la situación en la que se encontraba.

No tenia teléfono para llamar a la policía y tampoco sabia si esos hombre estaban armados, aunque estaba la posibilidad de golpearlos con el pedazo de madera que estaba a su costado.

No muy seguro de lo que iba a hacer, cogió su "arma" y se acercó lentamente hasta a estar a unos pasos de los hombres, alzo la madera como si fuera un bate y le da en la cabeza al primer sujeto, el cual cae al suelo desmayado.

Su compañero voltea rápidamente y al darse cuenta de lo sucedido, saca de su chaqueta una navaja.

"Eres un estúpido" le dijo amenazador y Aki le daba la razón internamente dándose cuenta de su error.

(Dios, por favor, estoy muy joven para morir, aunque mi vida ya es desgracia, no quiero irme de esta forma) pensó Aki, mientras rogaba que ocurriera un milagro y los policías llegaran.

Sin darse cuenta, el hombre de negro se abalanzo hacia él y alzo su brazo para darle fin a la vida del azabache, pero el no contaba con la astucia (aunque realmente fue suerte) del joven, el cual deslizo su mano hacia su bolsillo y saco una cuchilla, la misma con la que escribió  su nombre en el árbol  de maple, para ponerla en el cuello de su oponente.

(Jaque Mate) pensaba Aki sonriendo al darse cuenta de su victoria.

Si su opositor se movía , su cuchilla le atravesaría el cuello y moriría... bueno morían los dos, pero sabia que aquel hombre no arriesgaría su vida para matarlo.

O eso pensaba hasta que vio temeroso, cómo es que su rival estaba a punto de apuñalarlo.

El de ojos profundos cerro sus ojos esperando el impacto, pero nunca llego, en vez unas niñas lo veían con ojos curiosos.

Se levanto y vio como su casi asesino, estaba tirado en el piso.

Gracias por la intención- dijo la primera niña.- Digo intención, porque casi mueres y nosotras te salvamos la vida, lo cual tenia que suceder al revés- Prosiguió la niña, haciendo que Aki frunciera su ceño.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2021 ⏰

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Cuando el otoño llega y las hojas caen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora