𝐓𝐄 𝐎𝐋𝐕𝐈𝐃𝐀𝐑𝐄́ || SEBASTIÁN CÓRDOVA ||

cinco

Sebastián vuelve a su departamento tras estar el resto de la tarde en casa de su novia conviviendo un momento con sus suegros, al abrir la puerta mira a Valentina, su hermana, sentada en la mesa del comedor con el ordenador enfrente.

— Valen — Sebastián llama su atención

— Sebas, pensé tardarías más ¿Qué tal te fue?

— Bien, todo bien con los padres de Daniela ¿hace cuánto estás aquí?

— Ya tiene una hora y media, Sofía vino a dejarme después de nuestra salida

— ¿Salida?

— Si, también estuvo Fer y Johan

— ¿Johan? — Cuestiona Sebas algo "enojado"

— Si ¿Por qué? Parece que te molesta cuando mencionó su nombre

— Sabes que Johan nunca me ha agradado

— Ah bueno a ti, porque a mí sí me agrada, es un buen chico y un buen amigo — Sebas roda los ojos mientras camina hasta la pequeña cocina y se sirve un vaso con agua.

— Oye Valen

— Ahora qué sucede Sebastián

— Sofía no te ha dicho algo que debas contarme...ya sabes...algo que...no sé

Valentina frunce el ceño — Sebastián háblame claro, porque no estoy entendiendo nada de lo que quieres decirme

— No sé algo que me oculte y yo deba saber

— Ahhhh no, no me ha dicho algo que tú debas saber, además no creo que te importe ¿O sí? Al final de cuentas tú fuiste quien la engañó

— Valentina sabes lo mucho que quería a Sofía, antes que mi novia fue mi mejor amiga, yo no quería lastimarla

— Pues lo hiciste Sebastián y de la peor manera, ahora por favor déjame terminar con unas tareas que tengo que enviar antes de mañana en la noche

— ¿Es cierto que te irás a Alemania en unos días?

— Si, Gio no puede venir a México por compromisos con su club, así que seré yo quien viajé hasta Alemania — Sebastián asiente y no sigue charlando con su hermana, termina el vaso de agua que se sirvió, para después ir a su habitación a darse un baño para poder dormir, mañana tiene que ir a las instalaciones del América para una revisión luego del golpe que recibió en el partido de ayer

Al entrar a su habitación se encuentra un sobre blanco sobre su cama, hace una mueca y se encamina a tomarlo, a primera vista se puede leer el número #1 y debajo de este una "S", sin más decide abrirlo y sacar una hoja con algo escrito en el, se sienta en su cama y se dispone a leer aquella carta:

•••

Sebastián Córdova:

Creo que ya debes saber quién soy digo es más que obvio, en fin, de seguro te estás preguntando ¿Por qué te envié esto? o ¿Cómo es que esta carta llegó a tus manos?

Bueno esta es mi forma de desahogó, sí, sé que han pasado unas semanas desde que todo terminó para nosotros, pero por más que intento olvidarte o sacarte de mis pensamientos no puedo hacerlo, ya que pasa todo lo contrario, mi mente piensa más en ti, trae a mi memoria cada uno de los momentos más felices que pasé contigo...es tan difícil y complicado olvidar a quien más has amado.

Aún me sigo preguntando ¿por qué pasó lo que pasó? a veces pienso que fue mi culpa, que descuide nuestro noviazgo o qué sé yo, pero eso lo hago para tratar de encontrar alguna razón por la que hiciste lo que hiciste

¿El resultado de eso? No encuentro nada y a raíz de eso sigo sin entender porque hiciste eso...te di lo mejor de mí, siempre di todo por nuestra relación y ¿Qué me gané con eso? nada, no gané nada porque ahora soy yo quien se la pasa llorando todas las noches recordándote...

¿Sabes? cada beso tuyo lo recuerdo como ayer, duermo con las luces encendidas por si tú vas a volver, pero cómo duele apagarlas al amanecer, cómo duele no volverte a ver...

Dices que no era tu intención lastimarme, dijiste que me querías y que jamás me fallarías ¿Dónde quedaron todas esas promesas Sebastián?

Prometiste tantas cosas que al final no las cumpliste...y eso es lo que más me duele, me prometiste el mundo entero Sebastián ¿y qué me diste a cambio de eso? nada, al final fuiste como todos...me lastimaste de la peor forma, incluso hubiera preferido que me dijeras todo frente a frente, tal vez así me hubieras evitado todo este dolor que ahora siento

•••

Sebastián terminó de leer aquella carta, si antes de esto sentía culpa está carta lo empeoró más.

— Nunca fue mi intención herirte de esa manera Sofi...