"Más vale tu sonrisa triste, que la tristeza de no verte sonreír."
Albafica de Piscis se encontraba regando su jardín cuando una presencia se acercaba a su templo, el cosmos del primer caballero de la orden dorada hacía acto de presencia dentro de este. Aunque la ansiedad lo consumía, Shion opto por pasar lo más rápido que sus pies se lo permitían, no tenía aún el valor de encarar a Albafica. Los ojos del Pisciano se posaron sobre Shion con la esperanza de que el de Aries le regalara tan siquiera una mirada, pero Shion mantuvo la mirada baja todo el tiempo.
El albino opto por no darle importancia a lo que había pasado hace algunos momentos y siguió atendiendo su jardín, sin embargo, en su mente solo estaba Shion. Por andar divagando en sus pensamientos no se había percatado de que su mano se había acercado demasiado a una de sus rosas y reacciono cuando sintió un pinchazo en el dedo.
-Demonios- exclamo levemente molesto. Se puso de pie para dirigirse a la entrada del templo y esperar a que el ariano se acercara.
Después de casi una hora de esperar pacientemente Shion se acercaba hasta la salida. Fue imposible que no observara al doceavo caballero dorado recostado en uno de los pilares mientras su cabello era sacudido levemente por el viento. Se disponía a pasar hasta que la voz que menos quería escuchar en ese momento hizo eco por todo el templo.
-Shion, tenemos que hablar- La voz del pisciano sonaba muy seria. -Ahora no Albafica, en otro momento- La impresión en el rostro del chico era evidente. -Entiendo. - La voz de Albafica sonó casi imperceptible, Shion se atrevió a levantar la vista y posarla sobre el rostro del albino, una punzada atravesó su corazón cuando observo el rostro triste de Albafica. De inmediato intento acercarse hasta el pisciano, pero una mano lo detuvo antes de que pudiera tocarlo.
- Largo de aquí, no quiero que vuelvas a dirigirme la palabra nunca más- Espesas lágrimas caían de los ojos de Albafica. Cuando vio a Shion acercarse hizo aparecer una rosa en su mano como clara advertencia de alejamiento. El ariano no tuvo más opción que alejarse lentamente, poco a poco la silueta del caballero fue desapareciendo por los grandes escalones hasta que el ultimo mechón de su cabello color lima desapareció.
-Adiós Shion- Fueron las últimas palabras que los labios del caballero pronunciaron para después dar rienda suelta a su llanto. Maldecía su suerte por nacer bajo la constelación de piscis y ser el sucesor de su maestro que murió por su sangre envenenada, maldecía el momento en que el destino lo condeno a estar en soledad hasta el día de su muerte.
La fría noche hacía acto de presencia cubriendo por completo el cielo de Grecia. Las lágrimas ya habían cesado. Un vago recuerdo vino a su mente, hoy era el cumpleaños de Manigoldo y aunque no deseaba ir le había prometido a su mejor amigo asistir. – Iré, entregare el obsequio y salgo de ahí lo más rápido posible.
Se puso de pie, ingreso a la ducha y luego de media hora salió en busca de su ropa. Acomodó su cabello y descendió rumbo al templo de Cáncer. La música podía escucharse en el templo de Asmita así que supuso que llegaba en buen momento.
Ingreso al templo de Manigoldo y pudo observar a todos los presentes, era raro ver a sus compañeros de armas con ropa casual. Con la mirada busco a Manigoldo y lo encontró en una esquina junto a Kardia y Dégel, se acercó hasta ellos con la intención de entregar el obsequio y retirarse, no estaba de animo como para esperar hasta que la fiesta termine.
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Ambivalencia
Fiksi PenggemarEl caballero dorado de piscis se encuentra en un mar de emociones por culpa de Shion de Aries quien esta del mismo modo, pero todo se vendrá abajo cuando Dokho regrese al santuario y ambos tendrán que sufrir debido a los celos, pero ¿podrán superarl...