N O R O I - Itadori Yuuji / Sukuna x Female Reader!

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Amane estaba realmente al borde de patear a Satoru, era realmente un idiota.

—Aceptalo, Shinibana-chan, eres la mitad de Shinibana-san.

—No molestes.

—Soy mayor que tu~

El tono que el albino usaba era divertido, eso solo irritaba más a Amane.

—Si, pero en idiotez— además de que Amane había perdido el respeto por Satoru años atrás gracias a su madre.

El mayor soltó una risilla.

—Eres bastante insolente.

—Hn...

Entraron a aquel lugar, un hombre de lentes estaba al fondo con un muñeco de felpa en su regazo.

—Tarde, Satoru, espero que con el alumno que sigue llegues puntual.

—Él es el director, Masamichi Yaga.

—Lo conozco, visitaba mi hogar cada mes.

—¿Shinibana?

—Amane— agregó la azabache.

—Soy consiente de ello, Akemi lleva muerta un año.

—Hmp— la menor solo bajó la mirada y se cruzó de brazos.

—¿Para que has venido?

—Para integrarme a la academia de hechicería.

—¿Por qué?

—Tengo unos cuantos motivos, en primera, soy más útil aquí que en la academia Sugisawa, dos, me gustaría aprender mas sobre la hechicería, establecer de nuevo mis bases para aumente mi experiencia y técnica, tres, quiero seguir la línea que mi familia llevaba impuesta desde su nacimiento, cuatro... Deseo proteger lo poco que me queda, lo último es eliminar la mayor parte de las maldiciones existentes.

—Eres consciente de que seguirán apareciendo ¿No?

—Si.

—Bueno... Creo... Que no estas siendo sincera.

—Tengo una duda.

—¿Que?

—¿Por qué me hacen una entrevista si ya tenían un lugar reservado para mi?

Satoru rasco su nuca cuando Masamichi lo fulmino.

—Mi mamá lo reservo ¿No? Ella era realmente precavida, incluso dejó una vida de ahorros para mí y Akane.

—Satoru, muéstrale su habitación.

...

Amane al otro día se sentía renovada, tal vez era por que al fin había consumido energía maldita proveniente de Satoru, él sabía de aquel pequeño detalle, por lo que había ofrecido parte de aquella energía que él poseía, pero no era mucha, a penas alcanzaba para volver a su apariencia natural por un par de días si no tenía que usar su energía maldita.

Llegó al lugar citado, como le era de costumbre, llevaba una paleta en la boca para calmar sus ansias, simulaba masticarla constantemente, pero se fastidiaba por sus colmillos, había consumido energía maldita al menos cinco veces en quince años, por ello, un día antes no eran tan largos.

Hasta que consumió energía maldita de un hechicero, ese fue el detonante que hizo crecer ambos colmillos, gracias al cielo, no sobresalían, sólo estorbaban un poco.