2.- ¿Quién soy?

2 0 0
                                    

Narra T/n

-Señorita, tranquila, usted es T/n Lemini, y la señora es su madre Gabriela y el señor es su padre Luis, es su familia y ese hombre que se fue se llama Frank Stanley, su ex esposo.

-Papá... mamá, ayúdenme a recordar, doctor ayúdeme, porque... porque siento que olvidé a alguien importante, ayúdenme a recordar mi vida.

No puedo más y comienzo a llorar desesperadamente, no sé porqué lloro así, no sé ni quién soy sino que me llamo T/n, mi mamá y mi papá me han cuidado.

-Señorita tranquila, todo a su tiempo la iremos valorando, señores me pueden acompañar a fuera.

Mis padres salen, yo me levanto rápido y me acerco a la ventana, no sé en qué piso estoy, esta alto, siento pánico, mi respiración se agita, mis manos tiemblan y me siento en el piso, con las rodillas a mi pecho y me muevo adelante y hacia atrás

-No pasa... n...n... nada, tr...tranquila.... ¿Qu... qué hago aquí? ¡No! No pienses, solo relájate T/n.

En ese momento entra el doctor con mis padres, y me observan atónitos, al verme así. Mi mamá corre hacia a mi, yo solo miro al piso, meciéndome y temblando. El doctor me ayuda levantarme.

-Haber señorita, tranquila. Haber... haber, sentada, mírame, no pasa nada-mientras el doctor me pone una mascarilla de oxígeno- inhala, exhala, inhala y exhala, de nuevo hazlo- hago esto un par de veces más y me calmo, tras esto el doctor me quita la mascarilla.

-Doctor, ¿qué me pasó?

-Tuvo una crisis nerviosa, solicitare que le traigan unos calmantes para los nervios, no sé preocupe.

El doctor sale y me deja sola con Gabriela y con Luis. Ellos me miran preocupados, y no tengo ni la más mínima idea de qué decirles, son mis padres y no los recuerdo, de nuevo siento que mis manos tiemblan y comienzo que respirar y a exhalar.

-Tranquila, princesa- dice Luis- no pasa nada, tranquila.

No sé porqué pero sus palabras no ayudan así que me levanto y tomo el florero que tengo al lado de la puerta y lo tiro contra la pared.

-Relájate, por favor T/n. Recuéstate, por favor- dice Gabriela y me ayuda a hacerlo- Cariño vayamos con el doctor, quédate tranquila, iremos a ver al doctor, si?

Asiento con la cabeza, y salen de la habitación.

-debo... debo... recordar... ¿por qué demonios no puedo recordar a mi familia?-al decir eso, solo empiezo a llorar y, lo jalo la intravenosa y me corto las venas de la muñeca a izquierda...-debo... recordar- después con mi mano izquierda corto mis venas de mi muñeca derecha y caigo, me desmayo.

-Doctor, ¿de verdad está bien? Es... ¿seguro?

-Si, de lo contrario al ritmo que va su hija lo intentara de nuevo.

-Intentar... ¿qué?

Todos me voltean a ver y me observan horrorizados, no entiendo nada.

-Princesa... despertaste... sabes quién soy, ¿verdad?

-Señor, lo acabo de conocer hace un rato. Dice el doctor que es mi padre, pero no lo recuerdo, perdón.

-Así es, hija. Eres mi hija, y aunque no me recuerdes, te diré siempre lo mucho que te amo, no nos tengas miedo, nosotros te vamos a ayudar. Te ayudaré a recordar.

Dicho esto mi padre comienza a llorar y yo también, lo abrazo y me siento segura, poco a poco recordaré a mi padre y a mi madre, lo haré. Mi madre se une a nuestro abrazo, pero nos interrumpen.

Llegaron dos hombres no muy altos como de unos ciento setenta y cinco centímetros de altura, de tez clara, cabello castaño, ojos de color café claros, no son gemelos ya que uno tiene ojos más oscuros. Pronto se acercan a nosotros, me sonríen.

-¡Hermanita! ¡Por fin despertaste! Vino Yael, quiere ver a su tía consentida.

Lo observo confundida y algo asustada. Rápido mi padre interviene y les pide salir a fuera. Ellos tres salen, y cierran la puerta, justo frente a mi esta una ventana y por lo que observo, es que ellos ponen cara triste, no sé porqué pero me dan ganas de ir y abrazarlos también.

-Tranquila, tus hermanos entenderán-al decir esto mi madre me saca de mis pensamientos, yo solo siento.

El doctor se encuentra con mis dos hermanos y mi padre, explicándoles mi condición. Pronto entran y me observan, algo asustados.

-Tranquilos, sé que me pondré bien, lo recordaré.

-Por su puesto, señorita-dice el doctor amablemente- Pero antes debemos hacer más pruebas.

Ha pasado una semana desde que desperté, mi diagnostico fue una amnesia, con pocas probabilidades de que sea reversible, mi familia viene a diario, y están pendientes de mi condición. Hoy el doctor me da el alta. Aunque me dijeron que me iré a una casa de descanso para personas en mi condición, según ellos es lo mejor para mi.

Me preparo para salir, mi madre ha traído ropa para que use, trajo unos jeans de mezclilla, una blusa rosa, zapatos sin tacón, algo estoy segura aunque no recuerde... no me gusta su gusto por la ropa, mucho menos vestir de rosa y los zapatos.

Vamos camino a la famosa clínica, llegaron mis hermanos y aquel niño Yael, por lo que veo es parecido a mi y su sonrisa me contagia de alegría algo que pues raro, el pequeño niño de siete años, me abraza de camino al lugar.

Por fin llegamos y es una clínica en el campo, rodeado de un inmenso bosque, algo me dice que estaré bien. Que podré ponerme bien, eso anhelo, ya que en verdad quiero recordar mi pasado, lo más importante a quien olvidé y mi familia se empeña en que debo recordar, me siento demasiado culpable por no poder hacerlo, por mi cuenta.

Al fin bajamos del automóvil de mi padre y toda mi familia está conmigo, incluso al pequeño Yael le resulta triste dejarme aquí, no quiere que su tía "consentida" (según él) se quede en un lugar, sola y sin él. Debo admitir que me ha sido de gran ayuda.

Entramos y en recepción ya me están esperando, saludamos al personal de la clínica, incluso nos dieron un recorrido, aunque mientras nos muestran el lugar, siento que no funcionará, y no por el personal, sino que en un instante no me percato de que estoy sentada en el piso de una sala enorme y me pegó mis rodillas a mi pecho.

-Debo recordar, recordar... recordar mi pasado, a quién, a quién... te olvidé...-repito una y otra vez,, mi familia me ve preocupada y Yael corre a mi.

-Tía, soy Yael, no olvides a tu sobrino, te quiero mucho- al decir eso, mi pequeño sobrino me tranquiliza y lo miro con una sonrisa que cuya felicidad no existe, es falsa y lo hago para tranquilizarlo.

-Ya... si... es mejor que se vayan- digo mientras me levanto del piso, mi sobrino me abraza y yo a él.

-Eres una mentirosa-me susurra- se que no estas tranquila, te esperaremos tía.

Me da un tierno beso, mi pequeño sobrino y yo a él, y así también me despedí de toda mi familia. Al poco rato ya estoy en la que será mi habitación, solo hay una mesilla a un costado de la puerta y una cama de tamaño individual esta pegada a la pared de un costado de ese lado hay una ventana con barrotes, observo a mi alrededor y veo que hay una cámara.

-Sta. T/n no se preocupe, estará bien-dice la enfermera amablemente, lo cual detesto, pues me hacen sentir como si estuviera enferma.

No digo nada y me siento en la cama, mientras miro por la ventana a la nada.

-Esto es un hospital psiquiátrico, ¿verdad?-solo se queda callada y un poco incómoda. Mi una reacción es una media sonrisa llena de sarcasmo y algo burlona.

Sabia bien que mi familia no quería tener a un estorbo como yo. Alguien que no recuerda ni su propio nombre. Que intenta quitarse la vida para recordar.

-Sta., será mejor que vayamos a traer algunas cosas como algunas prendas que se usan aquí.

Asiento y me levanto rápidamente, no tengo otra opción ya que este lugar, será mi castigo por mi olvido.

SAVE ME (TAEHYUNG & T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora