Como podrán saber por el título, está es una historia de Lumine x Tartaglia, o más conocido como "el monedero con patas de Zhongli". No tengo ninguna idea en concreto por ahora, así que, solo voy a poner lo que se me venga a la mente.
Claro está que...
-Aquí estamos- exclamo victoriosa, pero aun así atenta, estar en ese lugar me hacía sentir como si estuviera entrando a la boca del lobo. Bastaba con mirar al guardia de la entrada para saber que ese era un lugar recurrente para los futui, pero si queríamos encontrar al hermano del chico, era algo que debíamos hacer. Abro la puerta haciendo que entren el pequeño seguido de Paimon, yo entré al final para cerrar la puerta con cuidado, estaba en eso cuando escucho a niño gritar.
-Yeeeeiii, hermanooo- por el pequeño grito deduzco que habíamos encontrado a la persona que estábamos buscando, pero fue grande la sorpresa cuando escuché una voz familiar.
-¿Hermano? - cuando me di la vuelta lo primero que veo es a una Paimon confundida, después a un pelirrojo que recordaba bien, abrazando al pequeño que habíamos acompañado.
-Pero ¿Quién viene ahí?, si es mi pequeño hermano Teucer- el colorín deja al chico en el suelo, puesto de la emoción el niño había saltado sobre él.
-Espera un momento...¿Teucer? ¿Qué rayos haces tú aquí? - ya entrando en razón, el joven comienza un interrogatorio al niño con preguntas como ¿por qué estas aquí? ¿Cómo llegaste? ¿nuestros padres saben que estas aquí?
-Vine en un barco que vendía juguetes, pensé que tu podrías venir en él, pero no fue así, y cuando me di cuenta el barco ya había zarpado, luego quise buscarte, pero me distraje con un mr. ciclope que estaba en el camino, ahí fue cuando conocí a mis amigas- Teucer nos señala a Paimon y a mí, a lo que el pelirrojo sonríe.
-¿Oh? muchas gracias por cuidar de este pequeño travieso, Lumine y Paimon- Child nos habla amablemente y pude notar sinceridad en sus palabras.
-Asiqué sabias que estábamos aquí, por un momento pensé que nos habíamos vuelto invisibles- le dije de manera sarcástica levantando una ceja, él se rio nerviosamente.
-Jaja... familia primero ¿no? - dijo rascándose la cabeza.
-Vamos no me miren así, dejando de lado lo último sucedido, nos llevamos bastante bien ¿no creen? - abrió los brazos y pude ver como emanaba un aura celestial, pero yo muy bien sé que este es de todo menos un santo. Paimon y yo nos miramos.
-Oye Paimon ¿tú lo conoces? - le pregunté al hada con cara pensativa.
-No, para nada, Paimon no sabe porque nos está hablando- la pequeña levanta las manos.
-Si si, muy graciosas, y yo que creí que teníamos química- dijo algo decepcionado, para luego acercarse, agarrando un mechón de mi pelo con delicadeza y llevarndolo a sus labios - Sobre todo después de nuestro encuentro en la casa dorada- esto lo dice a modo de susurro.
-Tienes razón, y si mal no recuerdo fue una derrota aplastante ¿no? - le digo quitándole el mechón de pelo que tenía en su mano.
-Pero deben saber que me hago más fuerte después de cada encuentro, ¿Qué crees que he estado haciendo después de que nos despedimos aquella vez?- su rostro había cambiado a uno serio y amenazante. Paimon y yo nos ponemos en guardia.
-No volveré a perder ante ti pequeña- me dice mirándome desde arriba con una sonrisa un tanto cínica
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-Estoy lista cuando quieras- le digo sosteniéndole la mirada aun en posición de ataque.
-Wow wow ustedes dos cálmense- una pequeña Paimon se pone entre nosotros y nos indica con la cabeza que miremos hacia atrás de ella, ahí pudimos ver como Tucer nos veía desde una silla a unos metros de nosotros.
-Al parecer tendremos que dejar nuestro pequeño duelo pendiente. Hey Tucer ven aquí- el colorín le hace un ademán con la mano al pequeño indicándole que se acerque, este último le obedece alegre.
-Hoy no podré estar contigo porque tengo muchos juguetes por vender aun, asique no me dejarán escapar esta vez, pero a cambio estas dos señoritas serán tus escoltas, te mantendrán entretenido y te darán un recorrido por Liyue- child pone una de sus manos en la espalda de Paimon y la otra en mi espalda acercándonos al niño
-Bueno supongo qué si no vendes los juguetes los niños se pondrían tristes, asique no queda de otra, Lumine, Paimon, vanos a divertirnos mucho hoy- el chico nos mostró sus pulgares levantados en signo de aprobación.
Child ni siquiera le dio a Paimon el tiempo de alegar, pues cuando esta se dispuso a abrir su boca, el primero mencionado le entregó un saco de moras diciéndole que luego le invitaría una comida, luego volteo su cara hacia a mí.
-No defraudarías las esperanzas de un niño ¿verdad Lumine?- miré a Tucer, el cual me estaba mirando suplicante, ¿Por qué siento que ambos hermanos me tendieron una trampa?
-Está bien, supongo que no nos queda de otra ¿verdad Paimon?- la susodicha seguía contando las moras que le habían entregado.
-¿Q-Qué? ah, sí si claro- ni siquiera levantó el rostro para mirarme al responder.
salimos del banco y nos encaminamos a nuestro tour privado para Tucer.
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Aquí va la segunda parte. Desde aquí quiero empezar a mover las cosas un poco mas rápido, por lo que me voy a saltar el tour privado, pasando directamente a el rencuentro con Tartaglia.
