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Jungkook miró fuera de la ventana y se quedó observando blancamente las nubes grisáceas moviéndose por el cielo. El inicial golpeteo silencioso había durado quizás por un minuto, luego había cambiado abruptamente a un interminable zumbido de la lluvia ferozmente cayendo. Jungkook apenas podía ver algo justo fuera de la ventana, como las furiosas gotas de agua golpear una detrás de la otra.

Se desplomó hacia atrás en su silla con un suspiro, sentándose en la mesa de la cocina con su laptop abierta frente él y pellizcó el puente de su nariz con un gruñido. Estaba esperando terminar su trabajo antes de que Jimin llegara a casa pero ha estado sentando en la cocina por al menos tres horas y escrito tres, quizás cuatro, oraciones aceptables. No puede concentrarse, no puede enfocar toda su energía y pensamientos en sus tareas. Todo lo que puede sentir es el leve hormigueo yendo de arriba abajo en su espina, desagradable, como si su cuerpo estuviera preparándose para alguna alarma de algún tipo.

Sintió la tensión creciendo en sus músculos por lo cual se levanta, corriendo su pesada silla atrás y estirándose, inclinándose hacia delante de su amada mesa de roble y dejando caer su cabeza hacia abajo con otro gemido. Siente los huesos de su cuello sonar y un pequeño suspiro semi-satisfecho deja sus labios.

Té. El necesita un océano de té para pasar esto. O al menos un balde.

En teoría, el podría hacer esto mañana, Viernes. En teoría. La práctica bajaría al dejarla en el comienzo de sus tareas para mañana, y luego trataría obstinadamente de olvidarse todas ellas a través del fin de semana, solo para terminar cuestionándose las decisiones de su vida nuevamente, pasando la noche entera con galones de café, orando por que el tiempo corriera más lento así él podría terminar al menos la mayoría del descuidado trabajo antes de ir a su oficina la mañana del lunes. El podría enfurruñarse y gemir, y murmurar malas palabras bajo su aliento, escuchando los suaves ronquidos de Jimin de su habitación. Soñando con envolver su cuerpo alrededor del cuerpo más pequeño de su amante y enterrando su nariz en el cabello fresco recién lavado del hombre. Y luego maldecir más, volviendo a sus estúpidos documentos de sus estúpidos clientes para satisfacer su estúpida necesidad en este estúpido trabajo.

Bien, de hecho nada de lo anterior es estúpido.

Jungkook realmente ama su trabajo en la parte inicial, ayudando a gente a convertir sus visiones en realidad. El ama ayudarlos a crear algo nuevo. O decirles que algunas de sus ideas son, bueno, estúpidas – pero usando palabras más lindas. Y ellos debían pensar en algo más. El ama la sensación que florece en su pecho cuando su clientes se dan cuenta que sus proyectos son un éxito, y aquello los hace a todos oh-tan-felices. El ama cuando ellos le agradecen, diciendo que aquello no hubiera sido posible sin su trabajo duro y guía. El ama el sentimiento de construir algo nuevo con aquellas personas.

El ama su trabajo pero últimamente se ha estado sintiendo drenado y en el borde todo el tiempo. Y solía culpar al clima en el principio, la presión atmosférica cambiando demasiado rápido. Dejándolo con dolores de cabezas, horas en frente de su laptop haciendo a su espalda y cuello gritarle en dolor, muchos proyectos tejiendo nudos en su estómago...pero el cerro tres proyectos mayores hace dos semanas, quedando ahora con solamente cuatro grupos pequeños con nuevas ideas. Su asistente había hecho la mayoría de a búsquedas entonces él no tendría que mantenerse pegado su laptop por horas, y el clima estaba –al menos hasta hoy- nada más que perfecto. Todas sus excusas se habían ido pero la disconformidad permanecía. Luego descubrió la obvia razón. Estrés. Estrés y preocupación comiéndolo lentamente pieza por pieza cada día.

¿Pero cuál era la razón de la razón?

Significado, ¿Qué le había causado estrés?

Un rayo de luz rompe el cielo negro a la mitad y truenos retumban justo después, haciendo a Jungkook estremecerse en sorpresa. Por supuesto, una tormenta masiva estaba llegando. La lluvia estaba aullando locamente y los arboles parecían caer en miedo de lo inevitable.

Lines of CommunicationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora