—Podemos quedarnos un rato. —susurra. —¿Ya conoces New York?
—Tengo que irme. —susurro también.
—Ya sé, pero no quiero, odio las despedidas.
—Honey, es una despedida corta. —sonrío. —Nos veremos en Portland ¿sí?
—Vamos a Toronto ahora y luego a Portland el miércoles.
—Tengo que regresar. —lo abrazo. —Pero te veré en unos días.
—No hay nada que pueda hacer para convencerte ¿cierto?
—Hasta pronto, Peter. —me separo. —Verás que en un parpadeo estaremos juntos otra vez. —me atrae hacia él nuevamente, pero ahora tomándome por la cintura.
—Si no lo prometes no podré creerte.
—Lo prometo. —lo tomo de las mejillas y beso sus preciosos labios rosados tratando de expresarle lo que siento. —Te quiero, Peter. —le digo al zafarme de su agarre.
—Love ya too, honey. —sonríe.
—Eso es nuevo. —muerdo mi labio inferior.
—Dejaré que te vayas, pero corre porque podría cambiar de opinión.
Hago caso y casi troto, o lo intento hasta donde mi equipaje me lo permite, el vuelo de Londres a New York duró menos de lo que hubiese querido. Duermo casi todo el camino a Dallas y luego me mantengo despierta en el vuelo hacia mi ciudad, el cual no dura más de hora y media.
Al aterrizar recibo un mensaje de mi hermano que me espera en la entrada de la terminal internacional y voy hacia él tan pronto como puedo, no hay un abrazo dramático, solo un choque de puños y listo, nunca fuimos el tipo de hermanos cariñosos sin embargo nos cuidamos el uno al otro a nuestra manera.
Detesto haberme perdido sus intentos para aprender a conducir porque por desgracia ya es casi todo un experto haciéndolo, toma con mucha confianza las avenidas por las que nunca me he atrevido a recorrer sola.
Creí que me sentiría feliz y nostálgica al llegar a casa, pero no sentí nada, es como si no me hubiera ido por un año, todo sigue igual salvo por la calurosa bienvenida que me dan, paso mi tarde contándole a toda la familia cómo fue estar por Europa, reparto los souvenirs que le traje a cada uno y mis tías amaron lo que les compré en Italia, tal y como preví.
Hay un instante en medio de todas las risas y halagos en el que lo único que quiero es correr a mi habitación y llamar a Lilia como le prometí, pero las reuniones en esta familia no terminan hasta la madrugada por lo que espero hasta cierta hora de la noche para despedirme y excusarme con el desfase horario.
Aplazo la llamada con mi amiga dado que pasa de medianoche en donde esta, solo le dejo un mensaje y hago lo mismo con Peter.
—¿Está todo bien? —pregunta mi madre, quien se asoma por un pequeño hueco de la puerta.
—Solo estaba revisando unas cosas.
—Eché a todos, mañana es día de trabajo y tú tienes que ir a la Universidad. —asiento. —Estaba pensando en que deberías dormir conmigo ya que este lugar es un asco.
—No puedo creer que no limpiaras este desastre. —me río al señalar los destrozos de mi habitación, del día en que encontré... bueno, ya se saben la historia.
—Es tu habitación, no puedo hacer nada.
—Claro que puedes. —río al levantar algunos de mis libros.
—Tu habitación, tu conflicto y tu crisis.
—Eres malvada. —niego.
—Mañana lo recoges todo, Lex.
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Au Pair I: Nuevo Comienzo || Shawn Mendes [𝐸𝑑𝑖𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜]
FanfictionAlexandra Torres, una joven veinteañera que trabaja como niñera para una familia de empresarios británicos, termina conociendo a un tal Peter Rayment en un viaje de trabajo. Peter Rayment dice ser solo un joven veinteañero que trabaja como guitarri...