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—tranquilízate por favor —pidió desesperado él peliblanco.

Él rubio siguió atacando a sus enemigos, esos hombres que le había causado tanta irá.

Dejen que vuelva unas horas atrás.

Jiraya y Naruto se encontraban mirando un mapa para marcar su próximo destino para poder seguir con el entrenamiento. Decidieron ir a una aldea que quedaba a dos días de distancia.

Comenzaron el camino, aún siguiendo con el entrenamiento, el ánimo de Naruto no parecía presentar mejoras solo las presentaba en el entrenamiento.

En las oscuras noches que pasaban juntos Jiraya se encargaba de velar por los sueños de Naruto, ya que esté tenía constantes pesadillas, durante esas pesadillas lloraba, gritaba y se lastimaba a si mismo; así que Jiraya no se podía dar el lujo de poder descansar con tranquilidad.

Cuando por fin llegaron a la aldea, Naruto vio horrorizado el lugar, jamás había visto algo tan desgarrador en su vida; Jiraya solo miraba con dolor, estaba acostumbrado a ver ese tipo de escenarios por haber vivido una guerrera.

Instantáneamente los ojos de Naruto tomaron un color rojizo, sus dientes se afilaron al igual que sus uñas; no dudo ni dos segundos en lanzarse a atacar, mientras lo hacía podía ver los cadáveres de esas personas, personas inocentes sin ninguna posibilidad de defenderse.

Jiraya cuando salió de sus recuerdos se unió a la lucha junto con Naruto, pero al prestarle atención a su ahijado se preocupo; jamás lo había visto luchar con tanta irá, cada ataque que él daba le preocupaba.
Pero también se sentía aliviado ya que sabía que se podía defender sin dificultad.

Cuando por fin pudo librarse de sus enemigos fue hacia Naruto para poder ayudarlo, pero se sorprendió al verlo golpear constantemente el rostro del último hombre que se encontraba con vida.

—ya está Naruto, ya está muerto.

Pero él seguía sin detenerse, parecía estar dentro de un transe. Estaba a punto de sacarlo de su trance hasta que escucharon un grito de auxilio, eso pareció sacarlo de su trance.

Levantó la mirada y salió casi volando de dónde se encontraba. Jiraya se aseguró de que estuviera muerto y siguió a Naruto hacia el grito de ayuda.

Al llegar pudo ver a Naruto levantando una gran roca y lanzarla a un lado, luego de hacer eso se acercó al niño que se encontraba entre los escombros y lo alzó en sus brazos, él pequeño se aferró a su cuello y él rubio se quedó estático sin saber que hacer hasta que le correspondió el abrazo.

—puede que haya más sobrevivientes.

Y así es como ambos buscaron sin éxitos más sobrevivientes.

ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora