.°| Carta |°.

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Pareja:KaigakuxZenitsu, UzuixZenistu; UzuixDaki, UzuixKaigaku 

El ojiazul está por salir del departamento, ya se iba a cambiar de casa, pues consiguió un buen trabajo y esas oportunidades no se dan dos veces en la vida, al salir se encontró en la puerta un periódico, un suicidio se había cometido en un bosque, la victima no murió al instante, pues el cuello se había partido en dos y se estaba ahogando con su propia sangre. 


"Debió haber sufrido demasiado antes de su muerte..."


El joven Zenitsu se había mudado a la ciudad, pues siempre vivió en un pueblo a fueras de la ciudad, siempre fue un chico tímido por la poco comunicación que llevaba con las personas que lo rodeaban. Su abuelo siempre se hizo cargo de él, le pagaba sus gastos desde que era un niño. Pues éste había perdido a sus padres, desde una temprana edad empezó a vivir a lado de su abuelo que se hizo cargo de él. Era un buen estudiante, sacaba un excelente promedio; pero aún así no tenia muchos amigos con cuales socializar, por ello, se esforzó tanto para salir de ese pueblo asqueroso que odiaba desde que tenia noción. Su abuelo era con la única persona que hablaba todos los días y no le molestaba, pero quería conocer a más gente, a más personas que fueran de su agrado. 

La primera vez que piso la Universidad, se acercó a él un chico que llevaba unos pendientes un poco extraños para el rubio, no lo juzgo porque eso no iba con él. Con el tiempo se hicieron muy buenos amigos, junto con Inosuke, Nezuko y Kanao. Ésta última era la novia del chico pelirrojo. Todo marchaba bien a su suerte del rubio. Caminaba por los pasillos angostos de la biblioteca, que estaba un poco vacía de lo común. De lejos podía a preciar a un lindo chico más alto que él, éste mismo charlaba con unos chicos que parecían ser sus amigos; sonrían y se reían a lo lejos sin hacer tanto ruido. Zenitsu, se asombro por él chico pelinegro, ser tan extrovertido, sin miedo al sonreír, se impresiono al tal detalle. 

Pasaron las semanas, y se puso triste con el tiempo. Pues todos los días se pasaba por la biblioteca, a la misma hora que lo había visto la primera vez charlando. Pero todas esa veces salieron mal, no lo encontraba por ningún lado, ya se había emocionado, aunque no estaba en sus planes acercarse a él y dirigirle la palabra, él rubio era feliz viéndolo sonreír de lejos. Así pasaron los días, hasta que llego febrero, el día del amor y la amistad, cuando entro a la Universidad se percató de unos corazones algo grandes con decoración muy extravagante a los ojos de quienes lo veían.

-¡Monitsu!, ¿ya viste lo que dicen los corazones que rodean los casilleros de los pasillos del instituto?. -Apretó los hombros del rubio mientras lo movía de una manera exagerada, que sentía éste que iba a vomitar.-

Cuando lo dejo de mover tan exageradamente, miro a su alrededor, y era cierto. Se encontraban unos enormes corazones rojos con algo escrito, se acercó a uno de ellos que estaba pegado en su casillero, en éste estaba dibujado a él y aun chico azabache: "K&Z". Esas iniciales estaban remarcadas con un plumón de color negro, las orillas del corazón estaba un arcoíris parecido a la bandera que caracteriza a los chicos homosexuales. Se quedo pensando de cual podría ser la otra inicial, los dibujos no estaban para nada mal, parecían reales... Se quedo perplejo de quien era, se sonrojo como un tomate... ¿Quién pudo haber hecho tal cosa?. La única cosa que podría saber de su sentimientos hacia el chico pelinegro, era su diario.

-Mi diario... Lo han leído... -Dijo como un susurro, pero llego a los oídos de sus amigos que estaban alrededor de él. -Pero, ¿cómo pudieron entrar a mi dormitorio?, le ponía llave cada vez que salía por las clases... Mi presentimiento era de verdad, hubiera hecho caso a los consejos de mi abuelo.-

Terror en Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora