(𝙀𝙉 𝙋𝙍𝙊𝘾𝙀𝙎𝙊) Michel Miyazaki, Pete Valley y Harry Johan, tres chicos de mundos brutalmente distintos, unen fuerzas en una universidad con un pozo mágico para desterrar el secreto sobre la desaparición de su amiga Harley Hicks. Con la ayuda...
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⊹˚₊‧────✘❝ 𝐇𝐀𝐑𝐑𝐘 ❞✘────‧₊˚⊹
Me pregunto si es así como se sentía Haley todos los días de su vida.
Sorda a la jerga ajena, separada del mundo a su alrededor por una fuerza indescriptible que la confina alrededor de su propio yo. Automarginada dentro de su fantástica y profunda mente, mientras los demás siguen hablando entre citaciones copiadas de otras entes y se ocupaban de maquinar un universo al que si bien ella podía ver y entender, no podía formar parte de él como lo hacían los demás.
Nunca me había puesto a pensarlo así, porque Haley era nuestra compañera de clase con la que habíamos crecido todos y sobreentendíamos que su condición mental la hacía lo bastante funcional como para que nos pusiéramos a pensar en sus limitaciones.
Ahora es distinto.
Desde que encontré ese extraño diario viejo de esquinas arrugadas con su nombre escrito en la parte de atrás, me he puesto a pensar en todo. En su vida, en sus días, en sus manías, en su ropa. En la manera en la que a veces traía ciertos juguetes funcionales a clase y jugueteaba con ellos para mantener su estado de humor controlado. En sus tics. En sus extraños colapsos por los que cualquiera de nosotros simplemente nos habría fatigado.
Todos a mi alrededor se han olvidado de la investigación de Haley porque confiaban en la policía. Bueno, recrean la misma vigilia anualmente para conmemorarla y presionar a la prensa para que aporte más refuerzos al equipo detectivesco, pero ya no está ese aire furioso y adolescente que movió a centenares de personas los primeros días para seguir sus pistas. Ahora que las personas han sido castigadas por el silencio del destino, pruebas insuficientes e incongruencias de las declaraciones ya nadie se esfuerza por llevarle la contraria a un equipo que ni si quiera tiene claro si Haley realmente nos ha dejado o si está ahí fuera.
Sin embargo, en el último año se han validado demasiadas pruebas circunstanciales de que Haley falleció ese mismo día (las marcas halladas en el cadáver eran las mismas que describían familiares cuando quisieron denunciar una especie de maltrato físico en Haley, por ejemplo) y que el sospechoso da señales de haberse dado a la fuga hacia Francia o Alemania, y pues mira... Las leyendas urbanas ya se han confeccionado. Haley está viva. Haley está muerta. El resultado es el mismo.
No está aquí con nosotros. Eso siempre me ha inquietado el corazón hasta resentirlo y llenarme las venas de una especie de agua pesada que asocio con la tristeza profunda y tediosa de la más pura angustia. Pero bueno, Pete Valley piensa lo mismo que yo. Esa niña fue raptada por el mal procedente de las esquinas más frías y perversas de la noche, y no tiene intención alguna de devolvérnosla.
O eso o quiere jugar a ser fontanera debajo de las alcantarillas. Cosa que, por respeto a la situación que estamos viviendo ahora mismo, dudo demasiado.
