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—¿Listo para la primera pregunta?

Todos los presentes en la sala dejaron de mirar al abogado, pese a que este había hecho la pregunta, para poner su atención en el pequeño joven que estaba en el estrado.

El chico asintió, su vista fija en cualquier lugar menos en la persona que no le quitaba los ojos de encima desde que inició el juicio. Un aparato para verificar sus respuesta y un hombre que se encargaba de decir los resultados en voz alta.

—Entonces, ¿puede iniciar diciendo su apellido, nombre y edad?

—Hinata Shoyo, diecinueve años.

—Verdadero.

Un murmullo de parte del público ante la obvia confirmación. El abogado continuó.

—Bien, joven Hinata — Dijo el hombre de traje, sin dejar de mirar al pequeño de cabellos naranjas —, ¿sabe por qué está aquí?

—Soy un testigo importante en el caso —Respondió con calma —, la carnada definitiva en toda la operación.

—Verdadero.

—¿Qué operación exactamente? —Siguió el sujeto de las preguntas, queriendo sacar la mayor información posible y no solo la que ya todo el mundo conocía.

Él no quería la versión oficial de toda la historia, quería esa parte oculta que los medios se negaban a contar y el mismo cuerpo policial encubría.

Hinata se tomó su tiempo para responder.

—Infiltrarme en la organización criminal de la familia Kageyama.

Más susurros venían del público mientras el encargado de verificar sus respuestas dictaba que era correcto.

Algunos se preguntaban cómo ese pequeño chico había logrado algo que llevaban años intentado, otros no perdían ninguna información para el periódico y una pequeña parte estaba enfocada en la parte acusada.

—¿Cómo harías eso? — Preguntó el hombre con traje, entablando contacto visual con el testigo principal del juicio.

Los ojos marrones de Shoyo no parecían mostrar emociones.

—A través del segundo al mando en la organización, el hijo del jefe.

—Oh, ¿y cuál es el nombre de esa persona?

Silencio.

Las voces de fondo pararon de la nada, las cámaras listas para cubrir la noticia que ahora mismo se transmitía en vivo a diversos canales nacionales, las miradas puestas en él y la tensión del ambiente era clara.

Shoyo miró directamente al abogado, negándose una vez más a prestar atención al joven que no había dejado de observarlo.

—Kageyama Tobio.

—Verdadero.

El juez tuvo que poner orden ante el escándalo que se formó.

—¿Por qué era Kageyama Tobio una pieza de importante para que pudieras llevar a cabo la misión? —Cuestionó el abogado. Sabiendo la respuesta, sonriendo para sus adentros.

—Habían rumores sobre su gusto por.. —Hubo una pausa, Hinata pensó que necesitaba mucho aire antes de soltar lo que venía a continuación —..por los omegas —Completó, oyendo los jadeos de los demás —. Necesitaban a uno que lograra llamar su atención y yo era el elegido. Tenía que gustarle.

—En su informe Kageyama Tobio admito tener sentimientos verdaderos hacia usted —Manifestó el sujeto de traje, dirigiéndose hacia la mesa donde tomó una carpeta con varios papeles, hojeando hasta buscar el indicado —. Cito su declaración: Hinata es una persona increíble, de esas que llegan a tu vida de la nada y son capaz de arreglar todo con una simple sonrisa. Mis sentimientos hacia él son sinceros; jamás me sentí así, a su lado sé que soy invencible.

Aquellos ojos marrones seguían sin mostrar emoción alguna.

—Ahora, dicho esto, podemos pasar a la última pregunta —Continuó el abogado, cerrando la carpeta que sostenía en sus manos y alzando la voz lo suficiente para que la pregunta resonara en todo el lugar—. ¿Está usted enamorado de Kageyama Tobio? ¿O tiene algún sentimiento romántico hacia él?

Por primera vez durante todo el juicio, Shoyo posó su vista en Tobio.

Esos ojos azules, ese cabello azabache y esa sonrisa arrogante digna de un alfa dominante. No importaba si estaba esposado o con esa típica ropa que usaban los detenidos, mucho menos si estaban a punto de condenarlo a pasar toda su vida en prisión por ser considerado como un mafioso, su sonrisa era impecable.

Su sonrisa hacia Hinata.

Finalmente, Shoyo respondió la pregunta.

—No.

Cinco minutos de puro silencio, nadie dijo nada, no se atrevían a mover ni un solo dedo.

La única persona que se atrevió fue el hombre a cargo de verificar las respuestas del pelinaranja, quien levantó la mano con temor a ser juzgado, pero sin poder guardarse su comentario.

—Falso.

—¿Cómo dijo?

—La respuesta del joven Hinata es falsa.

El ruido sordo de los presentes fue suficiente para hacer que Hinata se olvidara del lugar donde estaba, del juez pidiendo orden y de las cámaras que lo apuntaban.

Sus ojos brillando de una emoción inexplicable mientras en sus labios se formaba una diminuta sonrisa hacia Kageyama.

"¿Crees que eres el único que puede sonreír de forma arrogante, idiota?"

Hinata Shoyo, en pleno escándalo, se preguntaba muy seriamente cómo había llegado a esa situación.

°

¦¡Buenas, mi queridos lectores! ¿Cómo están? ¿Qué tal les pareció este prólogo de esta nueva historia? Es la primera historia donde inicio con un suceso que pasará más adelante y, por lo tanto, las teorías que pueden sacar son mayores. ¦

¦No sé si notaron el detalle de que los ojos de Hinata mostraron emoción cuando su vista se posó en Kageyama, me pareció algo bonito y le da más trama a la historia. ¦

¦Como ya se han dado cuenta es una historia donde se involucra el doble agente y los sentimientos no son permitidos (guiño a mi historia con ese nombre JSJSKKSKS), pero ya vamos viendo cómo terminó todo. ¦

¦En el siguiente capítulo veremos cómo Hinata terminó en toda la situación de trabajar como infiltrado. ¦

(Próximamente)

Un beso y un abrazo virtual les manda:Lizie.

En la mira (Kagehina/Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora