El mañana de los girasoles

Capítulo 1: tristeza

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Vuelve, vuelve mi amor, porque será que estoy perdido dentro de un corazón roto, deseo olvidarte, pero el lirio que ame jamás se fue, sigo sufriendo, deseando que llegara el día para liberarnos, viendo y esperando mucho tiempo, tomare tu ultimo recuerdo y lo guardare en lo más profundo de mi corazón y mente que a pesar de seguir destrozados esperaran el día a que tu regreses a nuestro lado.

Hasta la próxima mi bello lirio

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- ¿quién escribió esto? - Biel no entendía de quien venia tanta tristeza, ¿a quién se suponía que extrañaba esta persona?, le parecía un poco extraño encontrar este poema entre los libros de la biblioteca, donde solo se podían encontrar investigaciones, informes y tesis de distintos temas, "cosas aburridas", era raro encontrar un poemario o alguna novela.

Aún seguía pensando en las palabras escritas en ese pedazo de papel las cuales le parecían bellas, pero al mismo tiempo algo tristes, decidió guardar aquel poema dentro del libro que sostenía y llevarlo a su habitación, tuvo mucho cuidado en su camino de no encontrarse con ningún sirviente o profesor del palacio además no quería encontrarse con Catalina, aquella mujer no era mala, pero Biel no se sentía muy a gusto cuando estaba a su lado, para dirigirse a su habitación debía pasar por el gran jardín el cual en estos momentos no tiene mucha belleza por explorar.

Ya sería casi un año desde aquella noche de terror para todos, la sangre y los cuerpos le quitaban toda a gracia al palacio esa noche, nunca la olvidara, los pocos amigos que hizo murieron o se fueron lejos, los pensamientos de Biel se vieron interrumpidos cuando sintió como algo rozaba su nariz, sacudió levemente su cabeza y luego rasco su nariz, se dio cuenta que era una hoja de roble, observando el suelo pudo ver el montón de hojas que habían y como estas formaban un pequeño sendero, las siguió con la mirada y pudo observar una figura esbelta debajo del gran árbol que se encontraba en una parte algo escondida del gran jardín, ese era su padre.

A Biel le parecía curioso el hecho de que siempre que pasaba por el jardín ahí veía a su padre cerca de ese árbol, aun si las hojas se caían y terminaba siendo un pedazo de madera seco como lo es ahora, ahí siempre lo encontraba.

- ¿padre? - llamo Biel

Aquel hombre escucho quien lo llamaba volteando hacia el pequeño, lo observo unos segundos para luego dirigirse hacia él.

- ¿qué estás haciendo aquí? ¿no deberías estar en tus clases de etiqueta? –

- e-eran muy aburridas- dijo mientras caminaba al lado de su padre- me duelen mucho los pies de estar mucho tiempo parado, así que me escape y fui un rato a la biblioteca – señalo el libro que tenía mientras sonreía, Biel noto como su padre no tomo importancia a sus palabras, y se sentía un tanto incomodo, decidió hablar de algo más para al menos poder tener una pequeña charla con su padre – recuerdo que ese árbol tenía unas hojas de un color muy bonito, supongo que el invierno lo habrá deteriorado un poco-