Capítulo 3

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no lucho, no aquí, no donde estaba sola con la única... entidad que podría ofrecerle respuestas. Había alguien más, por supuesto, pero, Lena no estaba cerca para pensar sobre ello, ese era todo el problema y hablar con su madre, por duro que pudiera resultar, le traía claridad, sino, propósito.

Habiéndole explicado la situación, su madre accedió a los archivos kriptonianos para encontrar respuestas.

— Si la exposición regular a la energía solar amarilla es insuficiente, ciertas formas de kriptonita podrían proporcionar el impulso inmunológico necesario. Tal kriptonita sería difícil de obtener o sintetizar en la Tierra. —el holograma dijo.

Lena podría hacerlo.

—Alternativamente, un impulso de energía significativo podría derivarse a través del contacto directo con el sol de la Tierra.

Ella había estado en lo cierto. Tan loco como parecía, pero fue un alivio escuchar a su madre decirlo.

—¿Y ambas estaremos bien?

—Sí, no hay razón para creer que alguna saldrá lastimada. La exposición a la energía solar azul ofrecería un impulso significativamente mayor, pero podría sobrecargar el sistema inmunológico de Lena en su estado debilitado.

—¿Energía solar azul? ¿Un pulsar? —Kara almacenó esa información. No estaba segura de cuándo lo utilizaría, pero mientras Alura continuaba explicando que la haría más fuerte que incluso la energía solar amarilla, e inmune a la kriptonita, Kara se dio cuenta de lo peligroso que podría ser. Algo para pensar, en otro momento. —Gracias, madre. —dejó la habitación, el holograma se disipaba detrás de ella.

Kara caminó a través del DEO y entró en la bahía médica, desconectando a su esposa de los cables e instrumentos que monitoreaban su condición, ignorando las protestas del médico que la atendía mientras se dirigía al balcón y se lanzó al aire. Se dirigió a casa, cambiando a Lena en un traje que sobreviviría a lo que iba a hacer. Era uno de sus viejos súper trajes de repuesto de los que se había guardado antes de que Lena insistiera en que usara un traje con pantalones.

El cambio había sido bienvenido, pero significaba ahora que Lena tenía la falda.

—Debe ser duro arrodillarse en esa falda corta, una vez Lena se burló de ella en la oficina después de haber volado allí un almuerzo.

Ella había gustado de la falda bastante bien en esa ocasión. Le gustaría para esta también.

National City se desvaneció detrás de ella y se elevó más alto, elevándose a través de las nubes y cortando a través de la atmósfera hacia el vacío del espacio. Todo estaba en silencio aquí, pero ella seguía adelante, el punto amarillo que era el sol de la Tierra creciendo mientras volaba.

Lena se acurruco en sus brazos mientras escarcha helada se formaba sobre su piel, pero el latido del corazón de la Luthor seguía fuerte y Kara agradeció a Rao mientras volaba más rápido.

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En su sueño, Lena se sentó en una playa, con un sombrero de ala ancha protegiendo su pálida piel mientras observaba a su esposa y a su hija pelear. No era grave, ambos estaban de acuerdo en que Antíope era demasiado joven para eso, pero la niña fue nombrada por una Amazona y Diana le había dicho muchas veces lo inquieta que había estado creciendo en Themyscira y como la reina Hipólita le había negado el derecho a entrenar. Así que Lena había estaba de acuerdo, aun preocupada como estaba, y gritó, animándolas a ambas.

Sintió frío, su cuerpo viajando a través de la fría extensión del espacio en el mundo real y se sostuvo, temblando por el hielo se formó encima de ella.

Estaba a salvo, no sólo porque estaba realmente en los brazos de Kara, sino también por la sangre kriptoniana dentro de ella ahora. En su sueño, se preguntó si estaba bajando con algo. Era un hermoso día soleado, no debe ser tan frío y sin embargo...

Otra vida, otra esposa, pero, Kara Danvers siempre será mi héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora