Capítulo 4

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La playa desapareció en una mancha borrosa, el frio desapareciendo cuando el estado del sueño de Lena la trasladó a una cama de hospital. Diana se sentó a su lado, sosteniendo su mano con las suyas. En el otro lado, estaba su madre, Miranda, sosteniendo su otra mano.

—Eres una diosa. —grito Miranda. —Haz algo ¿Por qué no puedes hacer nada?

Diana no respondió. Había visto tanta muerte en el siglo pasado. Demasiadas. Los humanos son frágiles, no duraban para siempre. Un día, Lena también se iría, pero, Diana lo soportaría. Era el camino del universo. Duro e inflexible.

Hacia demasiado calor en la habitación, Diana se levantó para abrir la ventana, su mano se deslizo fuera del alcance de su esposa, pero, no hizo ninguna diferencia, una gota de sudor rodó por su mejilla para mezclarse con una lagrima. Lena cerró los ojos y cuando los volvió a abrir, su madre todavía estaba junto a su cama, pero en lugar de Diana había un hombre, calvo y que se cernía sobre ella.

Miró hacía abajo, llevaba un vestido con un oso de peluche estampado en la parte de abajo, apretada con fuerza al pecho de su madre, cuando el monitor de Miranda dejo de sonar.

—Aquí, niña. —dijo torpemente Lionel Luthor, abriendo sus brazos, para un abrazo incómodo. No estaba acostumbrado al tal afecto y, a pesar de su dolor, impactante y abrumador, Lena no pudo evitar preguntarse porque su madre había estado con un hombre así. —Voy a llevarte a casa. —continuo mientras se abrazaban. —Te encantara, Lex, es casi tan inteligente como tú.

¿Por qué hacía tanto calor?

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Kara sostuvo a Lena fuertemente en sus brazos y voló hacia el ardiente sol. El calor y la luz eran intensos, incluso para una Kriptoniana, pero su madre le había dicho que funcionaria y tenía que creer que sí. Empujo más profundamente hacia el gigantesco reactor de fusión nuclear que permitía la vida en la Tierra. La temperatura a su alrededor aumento a casi 15,000,000 Celsius cuando sintió un tirón en su traje y giro, volviendo al espacio.

No podía hablar en el vacío, pero, los ojos de Lena estaban abiertos, aterrorizados cuando la Luthor se adaptó a su entorno. Sus cuerpos estaban sobrecalentados hasta un punto que herviría los océanos y quemaría la atmosfera si regresaran a la Tierra ahora, pero estaban vivas y Lena estaba despierta.

Supergirl hizo todo lo posible para asegurarle a Lena que estaban bien. Que todo estaba bien y ya que Lena no podía volar sola, se aferró a Kara como si tuviera miedo de dejarla ir. Juntas, las dos flotaron a través de la frescura del espacio, Kara se sintió más aliviada y viva que nunca. Finalmente, las dos se enfriaron lo suficiente y ella pronunció las palabras.

—Vamos a llevarte a casa.

Lena asintió y las dos regresaron a la tierra y a su pequeña Lori. Mientras volaban, la tierra se hacía más grande a medida que se acercaban. Ella recordaba todo de su sueño. Una vida diferente, una esposa diferente.

¿Qué significa eso?

La CEO se encontraba preguntándose mientras miraba lo ojos azules de Kara y se sentía tan enamorada como la primera vez que había mirado a la chica de acero.

Otra vida, otra esposa, pero, Kara Danvers siempre será mi héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora