La Rosalía

LA RAMBLA

*ROSALIA POV*

Me despertó una voz a lo lejos, abrí los ojos lentamente, lo primero que vi fue una televisión...no tenía televisión en mi cuarto, mire a mi alrededor para darme cuanta de donde estaba, me levante bruscamente desorientada

—que tal has dormido?— me gire para ver a un Pucho divertido cocinando 

—que hago aquí— le pregunté angustiada mirando la manta que me cubría

—te quedaste dormida y no quise despertarte— me quede pensando por unos segundos intentando recordar algo

—mierda mierda mierda— susurré levantándome — donde está el baño— Pucho me miró divertido

—es esa puerta— la señaló, entre a baño sin decir nada más — por cierto, estas más buena cuando te levantas— escuche a Pucho gritar desde la cocina, le ignore me miré al espejo, tenía cara de muerta... me arregle un poco el pelo y lavé la cara, había perdido las primeras tres horas de clase...genial

salí del baño y me acerque a Pucho que seguía cocinando algo

—me llevas a clase?— le miré esperanzada casi suplicándole, me miró y negó con la cabeza

—no he hecho el desayuno para que me dejes colgado— puso la tortilla en el plato, no tenía tiempo para esto nunca había llegado tarde a clase o aún peor, faltado un día.

—por favor— le supliqué

—no voy a ceder, puedo llevarte después— empezó a poner la mesa, desde cuando se preocupaba por mi?

—después ya será demasiado tarde, cogería el bus pero no he cogido el bono y no tengo las llaves ni mi coche aquí, por favor llévame— le puse pucheros, me ignoró

—come y te llevo así de fácil— lo mire enfadada, nos sentamos y empezamos a comer

—debiste haberme despertado— dije sin mirarle

—pero no lo hice así que ya no importa no creo que seas tan imprescindible— me sonrío burlonamente

—olvídalo llévame a casa, de todas formas hoy no hay nadie, no creo que se hayan dado cuenta de que no he dormido allí— y tenía razón, conociendo a mi familia ya tendría 1727 mensajes y 1727181 llamadas.

—para hacer que?— me preguntó curioso mientras bebía agua

—ducharme no se, lo típico— conteste con ironía

—puedes ducharte aquí y hacemos algo guapo— me sonrió, intente analizar su rostro pero no encontraba la trampa

—primero no tengo ropa y segundo por que siempre estás intentando liarme?— me reí

—te puedo dejar algo limpio y bueno quizás me guste pasar tiempo contigo— me guiño un ojo, intente controlar mis nervios, este chico empezaba a hacerme sentir cosas que no quería aceptar

—que alago viniendo de ti— le mire riéndome

—va vente y eliges tú la ropa— se levanto, Pucho sabia como atraparme, le seguí hasta su dormitorio, todo estaba bastante recogido sorprendentemente, era pequeño pero con grandes ventanales

—cuanto tiempo vas a quedarte?— mire las maletas, me miró pensativo

—quizás hasta que salga mi álbum— asentí aliviada, no quería que se fuera y que todo esto desapareciera, me sentía más viva cuando estaba con el

—abre el armario y coge lo que quieras— se tumbó en la cama, a pesar de estar en un hotel tenía mucha más ropa que yo, le mire sorprendida, cogí lo primero que vi, una camiseta ancha que pegaba con mis pantalones y una sudadera ancha también.