La Rosalía

CATALINA

Me desperté sobre las 8:30, tenía clase y luego había quedado con Raül para trabajar en el álbum.

Me vestí y salí hacia la parada de bus para ir a clase

—ROSIIII— me giré para ver a Albert corriendo hacia mi

—ALBERTTTT— me reí abrazándole

—que tal vas con los trabajos— me pregunto mientras andábamos hacia clase

—fatal, no he tenido mucho tiempo últimamente— me miro extrañado

—y eso? Tu siempre sacas tiempo— me dio con el codo

—tengo miles de proyectos ahora mismo— me corto

—si, lo vi, no me dijiste nada sobre la collab con C.Tangana...está bien, es diferente a lo que sueles hacer— dijo con un tono frío

—bueno a mi también me pillo por sorpresa— me reí intentando relajar el ambiente, me sonrió mientras entrábamos a clase, me fui a mi lugar y saqué las cosas

Las clases pasaron rápido como de costumbre vi a mi grupo de amigos en la salida así que fui hacia ellos

—que hacéis— les mire

—te estábamos esperando, vamos a ir a comer por aquí cerca, vente— dijo Carlos mire la hora, me daba tiempo había quedado con Raül sobre las 6:00pm

—vamonos pues— les sonreí

—dame, te llevo esto—Albert cogió mis carpetas y me paso el brazo por los hombros, era algo que siempre hacíamos, éramos amigos desde el instituto más bien era un hermano mayor para mi.

—RUSA!!— escuche a alguien gritar desde atrás, todos nos giramos, yo evidentemente ya sabía de donde venía aquella voz, vi a Pucho caminando hacia mi, lo mire confusa

—Pucho que hace- — me corto dándome un beso en la boca mientras me cogía por la cintura

—pensé que te gustaría que te recogiera— me sonrió, no sabía que contestarle, aún no le había dicho a nadie que estábamos saliendo, mire a Albert que contemplaba la escena atónito, todos mis amigos me miraron confusos

—este es Pucho— intente presentarle

—lo sabemos, C.Tangana, soy fan— Carlos le ofreció la mano cordialmente, se presentaron los demás

—bueno un placer, nos vamos?— dijo Albert mirándome, no entendía su actitud llevaba así desde esta mañana...

—a donde vais?— pregunto Pucho mirando a Albert con superioridad

—íbamos a comer por ahí— dije rápidamente, no había vivido un momento tan incomodo desde hace años

—joder, mi plan era llevarte a comer, tenemos mesa reservada— dijo Pucho sacando un cigarro, que se supone que debía hacer ahora? no quería dejar a mis amigos colgados pero Pucho había tenido el detalle de venir a recogerme y no quería joderlo con el.

—da igual ve, te hablo para el fin— dijo Albert salvándome

—gracias nos vemos— Albert me dio las carpetas pero Pucho las cogió antes, todos le miraron, por que tenía que hacer todo tan incomodo? intente ignorarlo

—un placer— se despidió mientras fumaba la última calada antes de tirar el cigarro al suelo, me despedí de los demás con un gesto y nos fuimos hacia el coche.