"Es demasiado bizarro"

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Mañana era su cumpleaños y Sakura no tenía idea de lo que iba a hacer.

-Tenemos que salir, -decía Ino. -O hagamos una fiesta.

-¡Una fiesta en el karaoke! -dijo Tenten.

-Suena bien. -dijo Hinata.

-Quiero ir a casa. -dijo Sakura, mientras recostaba la cabeza sobre la mesa del restaurante donde estaban cenando.

Desde la mañana, la pelirosa se había estado sintiendo mareada, le dolía el cuerpo y la garganta la estaba matando. Tenía sintomas de gripe, pero no tenía fiebre. De hecho, iba a quedarse en casa durmiendo, pero sus padres le habían insistido en que salga con sus amigas cuando Ino fue por ella a su casa.

-Cuando vuelvas, tenemos que hablar contigo sobre algo. -le había dicho su madre cuando se fue.

Eso le pareció extraño, pero no dijo nada al respecto.

Ino puso su mano sobre la frente de Sakura, con intensión de sentir su temperatura, pero frunció al ceño al notar que ésta estaba normal.

-No tienes fiebre, -dijo Ino. -No tiene sentido que te sientas tan mal.

-Quisas estás cansada, -dijo Hinata. -Deberíamos volver así puedes descansar.

La pelirosa asintió y miró con gratitud a Hinata. -Lo siento chicas. Prometo que seré mejor compañía mañana.

Tenten le sonrió. -No te preocupes por eso, lo importante es que estés bien.

-Lo pasaremos genial mañana, ya lo verás, -habló la rubia. -Será un buen día antes de lo peor.

Lo peor. Cierto. Aún faltaba eso.

La guerra había terminado, pero el conflicto con Sasuke Uchiha no. Después de haber peleado con Naruto, Sakura creyó que todo estaría bien, que habían hecho las pases y que volverían a ser como antes. Pero no fue así.

Sasuke aún guardaba oscuridad en su interior, la venganza y el ansia de poder habían contaminado su alma hasta el núcleo. Naruto había llegado demaciado tarde a salvarlo. Cuando habían terminado la batalla, luego de que Sakura sanara las heridas de sus brazos, Sasuke desapareció en la oscuridad sin mirar atrás.

Tenían información de que estaba reuniendo un nuevo grupo de personas, del cual también formaban parte sus anteriores compañeros de Taka. El objetivo de este grupo era derrocar a todos los Kages y liberar a las naciones shinobis. Pero Naruto y Sakura sabían que ese no era todo el plan, sabían que Sasuke planeaba ser Hokage y tomar las riendas del asunto por su cuenta.

Ese no era un buen plan. No cuando venía de un Sasuke oscuro y enojado.
Era por eso que los amigos aún no se rendían con él, irían de nuevo a buscarlo dentro de tres días y harían lo que fuera necesario para detenerlo, para salvarlo de una vez por todas.

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Cuando Sakura volvió a casa, se encontró con sus padres esperándola con un pastel de cumpleaños.

Ella frunció el ceño algo extrañada. -Gracias por esto pero... ¿No creen que es muy pronto para un pastel? Aún son las tres de la tarde.

-Sabemos que estás cansada, -dijo su madre. -Por eso lo trajimos ahora.

-Además, -dijo su padre. -Tenemos que hablar contigo.

Sakura suspiró y asintió.
Se sentó en la mesa, dejó que sus padres la agasajaran con regalos y comida. Le cantaron el "feliz cumpleaños", la abrazaron, le dijeron que la amaban y que pase lo que pase siempre estarían allí para ella, para ayudarla con cualquier obstáculo en su vida.

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