¿ASI QUE ME SECUESTRASTE PARA LUCHAR CON EL CAPITÁN AMÉRICA CONTRA IRON MAN? NO LO CREO.
En donde Alison Marnell lidia con la vida casual de una superhéroe mientras también trata de equilibrar los deberes, los exámenes y las dificultades habituales...
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"No importa lo que alguien nace siendo, sino lo que llega a ser por uno mismo".
New york, may 2011-
Cuando los extraterrestres estallan en el cielo y deciden atacar una gran ciudad como Nueva York, estar en el metro no es la mejor idea. Pero allí estaba Kira Marnell, golpeando el pie con impaciencia mientras el tren subterráneo avanzaba.
Su hija, Alison, estaba disfrutando del paseo. Abriéndose paso entre los demás huéspedes del vagón metálico, Alison saltó sobre los postes, deslizándose por ellos con el regocijo que sólo un niño de 10 años puede expresar. — ¡Mamá, mamá! Mira lo que puedo hacer! —gritó alegremente, tratando de intentar bajar por un poste en forma de torbellino. Al final, sólo consiguió irritar a los hombres que la rodeaban.
Kira chasqueó la lengua con desaprobación hacia su hija. —Ali, tienes que quedarte cerca de mí. No querrás irritar a los neoyorquinos en el metro. —Acercando a su hija de la manera más amable y firme posible, Kira dio un suspiro.
No revisa su teléfono, no trabaja por el momento. Se quedó a oscuras, escuchando el temblor del suelo sobre ellos, sin saber qué estaba pasando. Para una agente de S.H.I.E.L.D. como Kira, era bastante irritante.
Por supuesto, eso fue lo último de sus pensamientos cuando, segundos después, un extraterrestre irrumpió en el suelo hacia el metro, golpeando la ventana lateral del vagón del metro. El chituari, que nadie conocía por su nombre, golpeó contra el vidrio, tratando de entrar al vagón del metro. Kira acercó a su hija aún más, oyendo a su hija chillar mientras el extraterrestre recitaba un idioma inaudible afuera.
— Alison, Alison, estarás bien. —Kira arrulló, poniéndose en cuclillas para encontrar los ojos de su hija. Los profundos ojos color chocolate de Kira nunca fallaron en calmar a su hija, y ciertamente no fallaron hoy. —Estamos simplemente en una aventura, ¿verdad? Una aventura en una nueva ciudad.
Momentos después de tranquilizar a su hija sobre su trabajo, un metro pasó corriendo por la ventana donde el extraterrestre de Chituari estaba gritando y entrando. La velocidad del otro tren arrojó al extraterrestre fuera del otro metro.
— ¿Ves? — Kira señaló la ventana ahora libre de alienígenas frente a ellos. — Todo estará bien, mamá lo declara así. —Se puso de pie desde su posición en cuclillas frente a su hijo, optando por agarrarse al mismo poste. que Alison se había aferrado minutos antes.
Alison le dio a su madre un pequeño asentimiento, mirando por las puertas del metro. — Mami, por favor dime que este viaje casi termina. —Su voz tembló, la vieja fachada de llamar a su madre, — mamá... —rápidamente se desvaneció. El tren subterráneo y sus vías temblaron aún más violentamente que antes.
