¿ASI QUE ME SECUESTRASTE PARA LUCHAR CON EL CAPITÁN AMÉRICA CONTRA IRON MAN? NO LO CREO.
En donde Alison Marnell lidia con la vida casual de una superhéroe mientras también trata de equilibrar los deberes, los exámenes y las dificultades habituales...
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" Ser un fanático de un superhéroe no es excusa suficiente para ir a la tienda de cómics. "
Anderson-Marnell Apartment, Fitz Building, Queens, New York, April 2016-
Los rayos de la mañana de un jueves no despertaron a Alison. Tampoco lo hizo el despertador que había puesto para la hora del colegio, ni los incesantes gritos de su hermano pequeño para que se despertara. Era un día en el que Alison sabía que no iría a la escuela.
Alison estaba algo agotada por el día anterior, pero era otro factor persistente del día en el que Alison despreciaba. Era el aniversario del día en que su padre los había dejado a ella y a Charles en la puerta de Jackie, su sobrina, sin ningún aviso.
Jackie, por supuesto, sabía que el día para los dos sería duro, y llamó a los dos hijos de Marnell para que estuvieran enfermos. Por mucho tiempo que Jackie quisiera pasar con los dos niños, sabía que no podía, ya que tenía trabajo. La mujer se había ido sin hacer ruido a primera hora de la mañana, dejando a la adolescente y a su hermano de secundaria solos en el apartamento.
Alison se revolvió en la cama, todavía agotada. Lanzando un pequeño gemido, apoyó la cabeza en la almohada e intentó tapar la luz del sol que entraba en su habitación. Sin embargo, por mucho que quisiera dormir, el fuerte golpeteo del suelo de madera de su habitación se oía alto y claro.
—¡Alison! —Una voz gritó, saltando sobre su cama. Era su hermano Charles, y parecía levantado, brillante y temprano. Para Alison, al menos. —¡Vamos! Ya son las 11:30 y aún no te has levantado. Y me prometiste que iríamos a la tienda de cómics. —Se abalanzó sobre Alison, tratando de sacudirla para que se despertara.
Alison dio un pequeño suspiro, intentando mantener su cara dentro de la almohada. —Charles, sólo dame quince minutos más. —Protestó, con la voz apagada por la almohada. —Y luego podemos ir en bicicleta a la tienda de cómics de Queens.
Charles se sentó de nuevo en la cama de Alison, sacudiendo la cabeza. —Eso mismo vas a decir dentro de quince minutos cuando intente levantarte de nuevo. Así que levántate ya, o voy a tomar un vaso de agua y te lo voy a echar por la cara. —Su rostro se moldeó en uno de seriedad e irritación, decidiendo continuar sacudiéndola para despertarla.
Alison se revolvió, su rostro miraba a Charles con fastidio. —Te odio, ¿lo sabes? —Suspiró, frotándose los ojos. —Estuve durmiendo perfectamente anoche, fueron seis horas enteras. —Alison gimió, empezando a sentarse en su cama.
Charles miró a Alison con una mirada alarmada. —¿No te acostaste hasta las cinco de la mañana? Oíste salir a Jackie esta mañana y aún no estabas dormida! —Exclamó, elevando su voz unos cuantos tonos.
