Entré a mi primera clase, el profesor nos explicó como funcionan las cosas ahí, y nos tocó presentarnos. Y como soy tan afortunada me tocó la primera en presentarme delante de todos mis nuevos compañeros, a los que no conocía ni uno.
Me presenté tan rápido como pude, solo dije la información básica sobre mí: me llamo Celia Fernández, este es mi primer año en la universidad, vengo desde España, me gustaría estudiar Psicología y acabo de cumplir mis dieciocho años de edad.
Cuando terminé, vi que un chico gritó de modo chulito:
- ¡Qué presentación más básica tía! - Mientras se reía junto a los demás compañeros.
Me fui a sentarme a mi sitio ignorando ese comentario. Y después le tocó a él presentarse, ya que estaba justo detrás de mi sitio.
- Yo me llamo Adrián Molina, tengo diecinueve años, pero comienzo otra vez en una nueva universidad por asuntos personales, vengo de España también concretamente de Barcelona para ser exactos, y me gustaría estudiar medicina.
Cuando terminó de presentarse unos compañeros empezaron a aplaudirle, se notaba que ya se conocían. Luego salieron los demás compañeros que faltaban por presentarse.
Cuando salimos de clase una chica se acercó a mi mientras ponía mis libros en mi taquilla.
- Hola, tu también eres nueva aquí verdad?
- Sí, es mi primer año en una universidad.
- ¡Oh! El mío también. Me llamo Cristina, bueno ya me habrás escuchado en la presentación. Cuando salgamos de aquí te gustaría quedar para conocernos a tomar un café?
No me lo pensé dos veces, me parecía muy buena la idea ya que no tenía a ninguna amiga allí y la verdad me sentía bastante sola, ya que no conocía a nadie aquí, y mi compañera de habitación iba a un curso más adelantado que yo. Así que me vendría muy bien hacerme amigas y conocer a gente nueva.
- Perfecto! A que hora te va bien?
- Si pudieras a las cinco sería perfecto! Y podríamos ir a la cafetería que esta a la vuelta de la esquina detrás de la Uni. Si quieres me das tu número y te mando la dirección, por si te pierdes.
- Genial!
Le di mi número de teléfono y cuando salimos de la universidad me fui directamente hacia la dirección que me había mandado Cristina.
Llegué a la cafetería y la vi junto a unos chicos hablando mientras se tomaban el café.- Hola! Habíamos quedado para tomar café, no? - Dije confundida.
- Sii! Perdón por no avisarte que venían, se han auto invitado en el último momento, lo siento.
Reconocí a dos chicos que iban a mi clase Justo era el que se había burlado de mi presentación, ya me caía mal por ese echo... y también reconocí a su amigo que se sentaban detrás de mí los dos. También habían dos chicas que no había visto nunca.
- Tú eres la nueva?- Dijo una de las chicas que estaban sentadas junto a Cristina.
- Sí. - Respondí.
Fueron unos segundos muy incómodos para mi, porque se habían quedado mudos en cuanto llegué. Hasta que Cristina por fin dijo algo.
- Siéntate con nosotros Celia, así os puedo presentar. Mira esta de aquí - dijo señalando a la que estaba sentada a su lado - es Martina y hace un curso más que nosotras.
- Encantada de conocerte Celia. - Dijo Martina.
- Igualmente. -Añadí.
- Y yo me llamo Kamila eh. - Añadió la que se sentaba delante de Cristina.
- Si. Ahora te iba a presentar pesada - le dijo a Kamila. Pues como a dicho, ella se llama Kamila y también va a un curso superior que nosotras.
- Se nota que eres nueva, no hablas mucho. - Añadió Adrián que era uno de los chicos que iban a mi clase.
Cristina le pusó mala cara, como diciéndole que se callará.
- No le hagas caso Celia, es así con todo el mundo. - Dijo mirando de malas maneras a Adrián.
Adrián puso los ojos en blanco y se quedó callado. A continuación Cristina siguió hablando.
- Bueno no hace falta que te presente a los chicos. Supongo que ya sabrás quienes son, van a nuestra clase.
- Lo sé. - Dije en voz muy bajita.
Se pasaron el resto de la tarde hablando entre ellos mientras yo intentaba entrar en las conversaciones para socializar más. Mi padre siempre me a hablado sobre el tema de socializar con gente, que es muy importante para hacer nuevas amistades, y que intente ser más sociable, y eso me costaba mucho. En el instituto siempre era la más callada y tímida de la clase.
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No somos perfectos, sólo polos opuestos
RomansUna joven universitaria entra por primera vez a la universidad y descubre nuevos sentimientos, amigos, nuevas oportunidades, etc...