Estaba nerviosa, el miedo se apoderaba de mí, no podía dejar de pensar en las cosas que me pasarían estos próximos meses ... Comenzar una nueva vida, nuevos amigos, nuevas experiencias, relaciones... No tengo ni idea de lo que me espera, pero los nuevos comienzos siempre son divertidos, ¿no?Era la hora de despedirme de mi padre. Estábamos delante del coche, mientras mi padre me advertía que tendría que llamarle cada día para no preocuparlo, y contarle absolutamente todo lo que hacía. Cosa que seguro que no haría, no me gustaba la idea de contarle todo lo que me pasará ahí en estos meses fuera de casa, siempre me he llevado muy bien con mi padre, sobre todo después de la muerte de mi madre... Mi madre murió justo al día siguiente de cumplir mis nueve años, debido al Cáncer.
Mi padre se despidió con un beso y un abrazo que no acababa nunca. Mientras se alejaba con el coche cogí mi maleta y me fui acercando a la entrada de la residencia.
Mi residencia estaba justo a unas calles de la Universidad. Era bastante grande, y desde fuera parecía que tenía muchas habitaciones.
Cuando entré, tenía miedo de con quien me tocaría de compañera de habitación, no era muy social la verdad. Me atendió un chico joven, y me dio las llaves de mi habitación y también me informó que mi compañera había llegado hace poco.Mientras iba subiendo en el ascensor el pánico se apoderaba de mí. Como he dicho antes, no soy nada sociable, y la verdad soy un poco bastante tímida y no dejaba de pensar en cómo sería mi compañera de habitación.
Abrí la puerta de la habitación y vi a una chica deshaciendo su maleta mientras escuchaba música con sus auriculares.
Al principio no me vio, pero no tardo mucho en presenciar mi llegada.- Hola! Tú eres la nueva verdad?
Tenía un aspecto tipo choni, me di cuenta de que ya había decorado la pared de su lado de la cama con pósters de cantantes que no reconocía. La habitación era bastante grande, en un lado, había una cama con un armario delante que hacía esquina en la pared. En el otro lado, había una cama que tenía en frente una ventana y justo al lado otro armario. Al lado de la puerta de la entrada de la habitación, había un baño que parecía una habitación pequeña extra de lo grande que era. Al lado de los armarios cada una teníamos un escritorio lo suficientemente grande, como era necesario.
- Hola, si emm.. - Estaba nerviosa e incómoda. - Me llamo Celia.
- Encantada, yo me llamo Jessica. - Me sonrió amablemente. - Como he llegado antes, he elegido mi cama, espero que no te moleste. Pero si quieres nos podemos cambiar, todavía no he terminado de deshacer mi maleta.
- Nono, tranquila, no te preocupes. Esa cama me gusta.
Cerré la puerta detrás de mí. Puse mi maleta encima de la cama y empecé a quitar las cosas que había puesto dentro.
- Y que estás estudiando? - le pregunté para sacar algún tema de conversación.
- Trabajo social - sonrió, doblando un jersey -. Me gustaría poder ayudar a familias disfuncionales cuando sea mayor.
- Que guay! Ese trabajo parece bastante interesante. - Dije sin saber muy bien lo que decía.
- Y tú? Que tienes pensado estudiar?
- Psicología. - Dije en seco.
Y antes de que me pudiera contestar, justo alguien tocó la puerta de manera exagerada.
- Jessica! Ya estás preparada para la fiesta de esta noche? Ponte guapilla que habrán tíos, tía! - Chilló una voz femenina detrás de la puerta.
Jessica puso los ojos en blanco y abrió la puerta.
- Joder Lina, pero si todavía son las seis de la tarde hija, la fiesta comienza a las diez eh. Y he llegado hace media hora aquí. Estaba organizando mis cosas. - Le decía mientras la dejaba pasar y cerraba la puerta.
- Bueno, ya sabes que hay que estar siempre preparadas. - Le dijo a Jessica -. Uy! Tú debes de ser la nueva, no? - Dijo Lina mirándome de arriba a abajo.
- Sí. Me llamo Celia. - sonreí.
- Encantada. Yo soy Lina. - Me dijo devolviéndome la sonrisa -. Oye, Jessica te falta mucho para terminar? Porque quiero ir a comprarme un vestido negro y quiero que me acompañes a elegirlo.
- Vale, acabo de organizar estas cuatro cosillas y voy.
Mientras hablaban yo hacía como que no escuchaba su conversación mientras deshacía mis cosas, hasta que Jessica me habló.
- Oye, Celia esta noche tienes que hacer algo? - Me dijo mientras me sonreía con una amplia sonrisa -. Lo digo, porque si quieres te puedes venir a la fiesta que hace un compañero de nuestro curso esta noche.
La verdad, no me esperaba que me ofrecieran venir a una fiesta el primer día que llegará aquí. Pero me pareció muy buena idea, ya que así podría conocer a gente nueva.
-Oh! Claro. - Dije sorprendida -. Tenía pensado de quedarme a repasar las clases del día siguiente y organizarme un poco, así que, no tengo nada especial que hacer.
- Perfecto! Cuanta más gente mejor! - Dijo Lina saltando de emoción -. Te vienes con nosotras a comprar los vestidos para la fiesta?
- Mejor acabo de organizarme que si no, mañana se me acumulará todo. - Sonreí.
- Vale. Pues perfecto, me das tu número y así te paso la dirección de la fiesta? - Dijo Jessica mientras cogía su móvil.
Les di mi número de teléfono, y se fueron. La verdad había ido mejor de lo que me imaginaba. Eran bastante majas, y parecían muy divertidas, creo que me llevaré bastante bien con ellas.
Llegaron sobre las diez de la noche. Vinieron con un vestido cada una, y también vi que se habían comprado accesorios. Yo ya me había preparado para la fiesta. Me había puesto un vestido rojo un poco corto. Me acuerdo que cada vez que me lo ponía para ir a alguna fiesta de fin de curso o alguna cosa parecida, mi padre me decía que era demasiado corto para utilizarlo y sobretodo a mi edad que podía pasarme cualquier cosa.
Fuimos en taxi hasta la fiesta. La casa era bastante grande con un jardín espacioso con piscina incluida. Habían globos blancos y negro alrededor de la casa como decoración. Entremos y lo primero que vimos fue unas escaleras de caracol en un lado de la casa, un comedor enorme y estaba lleno de gente bebiendo.
- Bueno bueno, que bien que hayáis venido! Os estaba esperando. - Dijo una voz que desconocía.
- Pues ya ves, aquí estamos Taylor! - Dijo Jessica sonriendo.
Supongo que era el dueño de la casa
ESTÁS LEYENDO
No somos perfectos, sólo polos opuestos
RomanceUna joven universitaria entra por primera vez a la universidad y descubre nuevos sentimientos, amigos, nuevas oportunidades, etc...