Su Luz [Mirio Togata]

III. Actitud

Actitud: La actitud es la disposición mental y emocional de una persona hacia algo o alguien, y se manifiesta a través de sus pensamientos, emociones y comportamientos. Es una intención o propósito que conduce a un comportamiento en particular. Según la psicología, la actitud es el comportamiento habitual que se produce en diferentes circunstancias. Las actitudes determinan la vida anímica de cada individuo y están representadas por sus reacciones. Tiene una aplicación particular en el estudio del carácter, como una tendencia innata o adquirida a sentir y actuar de una manera determinada.

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Hoy era un viernes pesado, estaba en mi semana 9 y hoy tendría un chequeo general. Mi primer chequeo. Estaba tan nerviosa, más que todo por el hecho de que tendría que ir sola, y había tenido que soportar las miradas en la clínica al ir a pedir la cita sola siendo tan joven, miradas de pena y miradas de disgusto, sumado a los comentarios sobre como la juventud de ahora no podía "mantener las piernas cerradas" y que "las mujeres extranjeras no tenían dignidad y se acostaban con quien fuese a la mínima oportunidad".

Había sido estresante e incómodo, pero la secretaria había sido muy amable e incluso los había mandado a callar poniendo un video con las principales causas de un aborto espontáneo, siendo una de estas el estrés en los primeros meses y mirándolos mal. Fue muy amable conmigo y se quedó hablándome de cualquier cosa hasta que el sistema que estaba caído, regresó a la normalidad y pudo agendar mi cita para hoy.

Mi cita era a eso de las 6 de la tarde y mi turno de hoy iba hasta las 4, tenía el tiempo perfectamente organizado. Nada podía salir mal. O eso pensé hasta que, a 3 minutos de cambiar de turno, una agradable chica peli celeste a la que había atendido hace unos días entro al café, acompañada por un chico que parecía ser un emo tímido; y el mismísimo Mirio Togata.

El venía hablando animadamente con la chica, mientras el más tímido prestaba atención a la conversación mientras decía que quería ir a casa. Aproveche y me voltee a servir el pastel que tenía en la mano en la mesa del lado y puse mi mejor cara de idiota para que no se dieran cuenta de que ya los había visto. Estaba en mi camino de vuelta al mostrador cuando sentí como alguien me había lanzado una nalgada. Me congele en mi lugar por la sorpresa.

-¡Mierda, si es natural!

Voltee a ver al cliente del que provenía la voz desagradable conteniendo todas las malditas ganas que tenía de darle una bofetada. Era un chico que parecía ser menor que yo, tenía los pies en la mesa y el cabello teñido de rubio en el típico peinado de pandillero japonés. En la mesa sus amigos, algunos mayores que el, reían de lo que acababa de decir.

-Estimado cliente, le pido porfavor que se abstenga de realizar actos inapropiados o me veré en la penosa necesidad de pedirle que se retire del establecimiento.

-Oh vamos bonita, eres extranjera, estoy seguro de que te encantan estas cosas.

Se levantó de la mesa tratando de tocar ahora mis tetas, yo traté de hacerme para atrás pero choque contra el pecho duro de un hombre, que agarró la mano del pandillero con fuerza y lo hizo temblar de dolor. Levante la cabeza sorprendida, encontrándome con una vista muy rara, la cara de Mirio sin su sonrisa usual y con las cejas fruncidos, mirando directamente a los ojos del otro hombre mientras con el otro brazo me pegaba más a él, dándome una sensación de seguridad.

Soltó con fuerza el brazo del otro tipo que estaba al borde de las lágrimas, mientras sus amigos se levantaban furiosos de la mesa.

-¡¿Y tu quien te crees que eres?!

- Héroe provisional Lemillion, estudiante de la U.A., les aconsejo que se vayan del local a menos de que esta amable señorita quiera poner una demanda de acoso sexual.