Esperanza: La esperanza es un estado de ánimo optimista en el que aquello que deseamos o aspiramos nos parece posible. En este sentido, la esperanza supone tener expectativas positivas relacionadas con aquello que es favorable y que se corresponde con nuestros deseos.
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Le voy a hacer un altar a la doctora. Esa no es una persona, ese es un ser de luz y paz encarnado. Me guio en cada paso como una madre amorosa, desde las especificaciones de tiempo para mis síntomas, los suplementos correctos que tomar y todo. Me trató tan bien que rompí en llanto en su consultorio y acabé contándole todo, que vergüenza. A la basura todo mi plan de ser una adulta serena y misteriosa, a la primera que me tratan bien suelto lo que sea que quieran saber. Al menos me regaló un bote de vitaminas y me dio su numero personal, me fue bien a pesar de que le di pena. Hablando de como no puedo mantener la boca cerrada... Gracias a la pura suerte no se me ha escapado este secreto frente a Mirio.
No es que quiera negar a mi bebé, pero me da miedo perder a mi único amigo del momento si llegase a tomarse mal la noticia. Mi corazón me grita que él no es así pero mi mente se rehúsa a escuchar porque en los hombres no se confía, las inseguridades y los malos escenarios se agolpan en mi cabeza cada vez que pienso en ello. Si estuviera en Colombia me la pelaría, no pueden juzgarme porque al menos soy mayor de edad y no soy un embarazo adolescente de 14 años (ríe para no llorar). Pero esto no es Colombia. Esto es el tradicionalista japón y yo soy una mujer preñada y soltera. En pocas palabras, estoy jodida socialmente. Así que quiero esperar solo un poco más para decirle... ¿Qué tan mala idea sería que se enterara por una invitación a él y a sus amigos buena onda a la fiesta de revelación de género? Digo, sería gracioso... ya saben, por la anécdota.
Aunque eso aún está lejos, y solo será posible si mi bendi decide mostrar lo que tenga entre las piernas antes de hacerme ver como un pez globo... Bueno, me estoy adelantando mucho.
Llegué a mi hogar actual, saludando a la casera, la señora Shiramutsu. Ella me invitó a cenar ya que somos solo nosotras dos en esta vieja casa japonesa de tamaño mediano. Permítanme les explico, ya que deben estar confundidos.
La señora Shiramutsu es una amable viejita viuda, no tiene problemas de dinero ya que su esposo arregló las cosas antes de morir para que pudiera vivir comidamente sus últimos años aunque él ya no estuviera a su lado. No conocí al hombre, pero la abuela Saeko (como insiste que la llame) habla de él con una voz tan cariñosa y amorosa que no me cabe duda de que era un ser humano ejemplar, lo cual es mucho decir comparado con la gran mayoría de hombres que me he encontrado en mi vida (Mirio parece ser mi mayor excepción hasta ahora).
La verdad es que la abuela Saeko arrendó una habitación amplia de su casa a bajo precio no por el ingreso sino por la compañía. Su único hijo se mudó al extranjero y sus nietos casi nunca vienen de visita por lo mismo, así que la pobre sufría de soledad profunda ahora que su compañero de vida había acabado su ciclo antes que ella. La verdad es que Saeko-obasan si está enterada de mi situación porque la entrevista para el arrendamiento fue bastante profunda, pero eso mismo fue lo que la hizo decidirse por mí.
Ya que llevamos más de un mes viviendo juntas, me cuenta como ella siempre anheló tener una hija a la cual mimar y cuidar, porque su hijo le traía felicidad pero jamás podría transmitirle todo lo que podía darle a una hija, y que yo fui como un regalo del cielo, lo que me desconcertó bastante. Hasta ahora solo había escuchado que era una carga por ser una joven embarazada, pero esta abuelita me veía como a un tesoro... una hija a la cual cuidar e instruir y la cual traería a ella de nuevo la alegría de un infante en casa. Yo... de verdad no puedo creer que haya sido tan bendecida como para encontrar a tantas personas buenas en mi vida en mi momento más bajo.
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Su Luz [Mirio Togata]
FanfictionY cuando pensó en la forma en que el destino destrozaba su vida en cada oportunidad que se presentaba y el mar de pena y angustia empezaba a ahogarla; entre toda esa oscuridad, él llegó a ella como el sol, anunciando el final de la asfixiante tormen...