Sarah:
En cuánto llegamos a la casa caí rendida en la cama y al otro día me levanté tardísimo. Me di una ducha, cepillé mis dientes y bajé a almorzar. Cami y Chris estaban en el sofá viendo la tele con Ale y Dariel. Después de mí, bajó Sebas y me miró con mala cara, al final no lo había dejado quedarse a dormir conmigo.
<< Es que eres tonta.>>
Y tú una fácil, así es más divertido.
<< Perversa>>
Luego de unas o dos horas hablando a los chicos se les ocurrió pasar la tarde en el jacuzzi. Fuera se sentía el frío y ese baño calentito fue muy relajante .
En la noche bajamos a la playa, gracias a la temperatura era una noche perfecta para una fogata y malvaviscos con chocolate caliente que preparamos antes de salir. Chris llevo su guitarra y cantamos un par de canciones, reímos mucho, hicimos historias y miramos el mar y las estrellas.
La siguiente semana fue igual de divertida, todos estabamos súper felices y nos llevabamos muy bien. Habíamos empezado a conocernos mucho mejor y conectabamos, para este momento podía decir que éramos un grupo de mejores amigos.
Cada día Sebas y yo pasábamos más tiempo juntos, me encanta su forma de ser conmigo. De a poco me estaba enganchado con él. Iba conociendo sus pequeñas manías y eso solo me hacía quererlo más. Cuando vives en un mundo como el nuestro las emociones se multiplican, se te olvidan esas estupideces de ir despacio y de hacerse el difícil.
El tiempo solo refrescaba más con el pasar de esos días así que íbamos a la playa a tomar el sol en las tardes, los chicos hacía apuestas estúpidas por lo que aveces se metían al agua. En las mañana o en las noches estábamos en el jacuzzi o viendo películas. Hubo otra fiesta en el pueblo por noche buena así que volvimos a ir de compras y pasamos otra tarde de chicas.
— Chicas deberíamos volver se está haciendo de noche —avisó Juli mirando su reloj de muñeca.
— Tiene razón, no tendremos tiempo de arreglarnos y saben cómo se ponen los chicos —agregó Cami a lo que Ale y yo asentimos. Ciertamente a los chicos no les gustaba esperar.
— ¿Podemos para a comprar agua, me muero de sed? —pedí haciendo un puchero.
— Vaale, ¡Pero no te distraigas! — amenazó Juli.
— Si capitana —hice un saludo militar y apresuré el paso hasta la tienda más cercana.
Compré la botella de agua y volví con mis amigas mientras me la tomaba.
— Ahora si, andando —sentenció Ale.
Salimos del lugar y efectivamente, faltaba poco para que anocheciera. Optamos por tomar un atajo y así llegar más rápido al aparcamiento. Teníamos que pasar entre dos edificios y Ale casi se cae al tropezar con algo.
— Señoritas, andar tan tarde solas puedes ser muy peligroso...
De las sombras salieron cuatro hombres. Las cuatro pegamos un pequeño salto por el susto.
— Para ustedes —completó otro.
— Podemos cuidarnos muy bien no sé preocupen —contesté tratando de pasar por su lado pero uno de ellos me lo impidió.
— ¿Por que las prisas cariño? Que maleducado de su parte no quedarse a charlar cuando hemos sido tan amables —señaló el primero de ellos.
— Deberías castigarlas amigo —se burló uno de ellos mirandonos con malicia.
— Aquí el castigo lo van a recibir ustedes si no se quitan del camino —escuché la voz de Ismael a nuestra espalda. Voltee a verlo y sujetaba una pistola en dirección a esos hombres —¿Es que están sordos?, ¡muévanse ya!
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Entre Amor y Armas
Teen FictionSarah es una chica de 19 años que tiene que lidiar con los enemigos de su padre. En un mundo de armas y muertes el mejor ataque es quitarle al enemigo lo que más quiere. Aunque nunca contaron con que ella sería capaz de defenderse y defender a su f...