cap 1

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A veces me gustaría evitar algunas partes de mi vida, por ejemplo esta... ¿A que madre se le ocurre mandar a su hija a un internado porque se va de viaje con su novio?, me parece tan raro que no haya planeado llevarme, quizás fue por la fuerte discusión hace un momento atrás, la misma que creo este viaje inesperado. A veces trato de olvidar los abusos, los intento de violación provocados por el novio de mi madre; el que creo tantas peleas y desacuerdos entre mi madre y yo, este último tiempo. Quizás dirán ¿Por qué estas tan tranquila Anabella?, aunque a simple vista diera a entender eso, en mi interior no lo estoy, no quiero hacerlo notar ya que este fue el motivo de la última pelea con mi madre, ella nunca me va a creer que su novio no es lo que aparenta. Toda madre le creería a su hija si le dice que un hombre intenta violarla y abusa de ella, pero la mía no. Cuando se lo dije, me miro con cara de sorprendida y a la vez furiosa, enseguida me abofeteo gritándome que era una mentirosa, que el no seria capaz de hacer algo así, pero eso no era todo, sino que luego de verme llorando y suplicándole que me crea, me dijo que se iría con su novio de viaje y que mi castigo seria ir al internado, no me quedo de otra que aceptarlo y tomar mi castigo como tal.

Mi madre del lado del conductor y yo de copiloto, sin un diálogo de por medio en todo el viaje, puro silencio, yo sabia que ella estaba furiosa, pero no sabia el porque de sus ojos húmedos, como si fuera a llorar, si al final solamente eran unas semanas y todo volvería a la normalidad. Para mi suerte, el desagradable novio de mi madre, no nos acompaño, ni siquiera lo vi en todo el día, algo que me pareció tan raro, se la pasa todo el día hablándole mal de mi y haciendo que discuta con ella, que el desapareciera todo el día me extraño mas de lo que debería.

A lo lejos se veía el instituto, su fachada no me daba buena vibra, tranquila Anabella solo serán unas semanas, tómatelo como unas "mini vacaciones", en villa instituto.

- Bajate, hemos llegado- salieron esas frías y crueles palabras de la boca de mi madre.

Sin responderle me baje del auto y camine unos pasos hacia la entrada, en la cual me estaba esperando una señora, que aparentaba estar arriba de los cincuenta años, su cara ya me daba de que no iban a ser las mejores vacaciones.

- Toma tu maleta y ven conmigo- se dirijio a mi la señora parada en el arco de la entrada.

- Como lo hablamos- le dijo mi madre a la señora, lo cual la mire con el seño fruncido, no entendía nada de la situación.

La señora solamente asintió con su cabeza para darse la vuelta y caminar, cuando iba a ir a darle un abrazo a mi madre, ella solo se dio vuelta, se subió a su auto y se marcho, ni siquiera me miro ni me dirijio una palabra. Entre a el cual iba a ser mi lugar por un tiempo. La señora resulto llamarse Ursula y era la directora de este lugar; me mostró mi habitación, los baños, la cocina y cada lugar al que podía acceder sin autorización, pero también me aclaro algunas cosas y me explico las reglas del lugar, como que el instituto esta dividido en dos alas, el "ala sur", es decir el ala de las mujeres y el "ala norte", el ala de los varones, el cual estaba prohibido para las mujeres. También me dijo que hay castigos como limpiar los baños, la cocina y más cosas aburridas, no esta permitido usar celulares en el instituto y solo puedes hablar con tu familia una vez a la semana, 10 minutos. Las luces se apagan a las 10pm, cuando ella pase por las habitaciones, todas las luces tienen que estar apagadas y nosotras durmiendo. Sin olvidarse nada me recalco que esto era un instituto modelo, el cual enseña modales y sobre todo a no mentir, ¿que coincidencia con lo que me paso no?, seguramente mi madre le contó todo lo sucedido. Me hizo dejar mi celular en una caja fuerte, con mi ropa y mis accesorios, aquí solo se lleva una sudadera gris y un pantalón deportivo para el día a día, un pijama gris, el uniforme del colegio, unos zapatos muy pesados y eso es todo lo que te dan.

Cada minuto que pasaba en ese lugar, menos me gustaba. Estaba deseando llamar a mi madre y pedirle disculpas, que no se vaya sin mi, que me venga a buscar.

- ¿Puedo llamar a mi madre?, no tuve tiempo de despedirme- mentí, quería que me sacara de aquí.

- Tienes solo dos minutos- respondió seriamente, para luego dejarme sola.

El teléfono llamaba pero ella no atendía, cada vez entendía que en ese momento ella no quería saber nada de mi, ¡como pude haberle dicho!, si me hubiera aguantado no estaría acá. Me seque mis lágrimas y colgué, solamente serán unas semanas y me estaré yendo a mi casa tal como me lo dijo. Salí de la dirección y ahí estaba aquella mujer para acompañarme a mi habitación.

- Tienes clase en media hora, es mejor que te apures o llegarás tarde- me advirtió seriamente, para luego marcharse.

Me cambie, agarre las cosas y me dirigí al colegio que quedaba en la parte trasera del instituto. Cuando llegue al patio que conectaba los lugares me di cuenta que no había absolutamente nadie allí, me dirigí al salón y ahí estaban todos, sentados como muñequitos de torta. Mire sorprendida y me senté, claramente todos me miraron muy sorprendidos, claro, obvio, soy la nueva. Llegó la profesora y empezó a hablar sin parar. Para mi suerte solo fue una hora por hoy. Todos se dirigieron a sus habitaciones a esperar la hora de la merienda, pero claramente yo no, quería explorar cada lugar de allí, recorrí todo el ala sur, me quedaba el ala norte y una inmensa habitación que no sabia que era. Entre sin tocar y cuando mire, quede sorprendida, nunca me imaginaria que había algo tan hermoso en este lugar tan horrendo...

El internado de los sueños rotos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora