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kojiro duró un día entero leyendo las cartas, no eran tantas como para pasar tanto tiempo, sin embargo, no podia evitar volver a leerlas apenas terminaba mientras sentía su pecho doler. quería darle un abrazo a su el adolescente, solo al recordar como se sentía se le revolvía el estomago, este amor estaba matándolo.

kaoru se fue alrededor de las cinco de la tarde con un par de cajas, e intento ver un par de veces que tanto leía con ojos tristes su mejor amigo, pero kojiro no bajaba su resistencia, solo reía y decía que eran exámenes viejos. kaoru intento creerle, pero el tampoco era tonto, los ojos de su amigo no podían verse tan triste solo por unas tontas notas y aunque sabia que mentía, se marcho sin decir nada mas.

el peli verde estaba completamente destrozado, no lograba entender por qué no lograba perder sus sentimientos por kaoru, no lograba entender por qué su corazón seguía haciendo esto después de tanto tiempo.

se había rendido hace mucho tiempo, ¿no debería haber perdido su amor por el peli rosa?

necesitaba hacer algo inmediato, no durmió nada esa noche y paso todo el día en el trabajo distraído pensando en ello, odiaba tanto sentirse así y lo peor era que no era capaz de responderle los mensajes ni las llamadas a kaoru, estaba perdiendo la cabeza.

tenia una idea en mente, una idea algo tonta, pero sentía que podia ayudarlo un poco. si lo pensaba bien, nunca le había dicho a alguien sobre sus sentimientos hacia a kaoru y tal vez si lo hace desaparecerán porque los saco de su sistema, ¿se entiende?

así que ahi estaba, sentado en una mesa de su restaurante con un niño con capucha de gato, todo esta muy normal.

bien, sí, no pensaba que iba a ser tan fácil hablar con él azabache personalmente pero parecía reki y langa parecían tener algo más interesante que hacer en la cocina, así que los dejo tranquilos.

miya parecía estar bastante tranquilo hoy, detalle que sorprendió a kojiro, ya que el menor es alguien un poco... particular por

– ¿hay algo en lo que pueda ayudarte, viejo? – el azabache sonrió altanero, llevando una de las fresas que le sirvió kojiro a su boca.

bien, definitivamente no se estaba esperando el apodo pero no estaba en un momento para quejarse.

– quería hablarte sobre una situación que le esta pasando a un amigo muy cercano y quería ver que podías decirme tú al respecto, mi amigo es alguien un poco tonto y no sé yo pensé qué, yo, yo quería compartirlo. – tartamudeo un poco, bien, estaba nervioso, estaba bastante nervioso, es mas, ¿que hacia pidiendo consejos de un niño que sigue en primaria? esto era una mala idea, esto era una pésima idea, ¿era muy tarde para arrepentirse?

definitivamente supo que era muy tarde para arrepentirse apenas vio a miya levantar una ceja y sonreír chistoso. dios santo, ¿qué había hecho?

– bien... ¿y que te sucede, kojiro? – el menor callo de inmediato. – oh, lo siento, ¿que le sucede a tu amigo, kojiro? – kojiro quería llorar solo con sentir la sonrisa burlona de el menor, los adolescentes en verdad lo aterran.

– bueno, mi amigo esta enamorado de su mejor amigo desde que son adolescentes, pero nunca tuvo el coraje para decírselo y tampoco planea decírselo, si lo hace va a arruinar toda la amistad y nunca en su vida se perdonaría perder a su mejor amigo. – kojiro hablo rápido, demasiado rápido, ¿acaso se notaba que estaba nervioso?

miya soltó un largo suspiro que logro intimidar a kojiro, sin embargo el azabache no perdía su sonrisa. tomo otra fresa y le dio un pequeño mordisco.

– tu amigo es un idiota.

ouch, un niño de 12 años lo estaba llamando idiota, wow bueno.

– es obvio que sus sentimientos no se irán de la noche a la mañana, mas cuando sigue viendo a el chico todos los días y mas cuando piensa callárselo para siempre. – le dio otro mordisco a su fresa. – es obvio, tiene que afrontar sus sentimientos y hablar con el chico. – el menor se recostó hacia atrás en su silla, kojiro juraba que hasta se estaba burlando.

bien, no podía creerlo pero un doceañero le estaba diciendo la verdad, lo que él mismo sabía pero no tenía agallas de decírselo a sí mismo, lo que tanto ahogo dentro de él.

— estás enamorado, joe y no se va a ir, tu decides, o vas por kaoru ahora o lo dejas ir para siempre ? — miya derramó la última gota en el vaso, dejándolo completamente sorprendido.

bien, es hora de hacer algo al respecto.

unrequited love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora