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Claire despertó después de una larga e intranquila noche, su mirada se dirigió inmediatamente a la alarma y suspiró aliviada al notar la hora, odiaba demasiado llegar tarde a la escuela.
Se levantó para continuamente ducharse y tomarse el tiempo para arreglarse como solía hacerlo diariamente, casi no realizaba nada pero igual le gustaba hacer sus actividades con calma.
Tomó su mochila y salió de su habitación, caminó hasta encontrarse con el cuarto de su amigo, Will.
En resumidas cuentas, Claire vivia con los Stronghold desde hace ya unos meses, después de que sus padres fallecieran a causa de una trágica batalla con algún villano que la chica no quería recordar por el momento, por obvias razones era algo que le afectaba mucho.
Claire golpeó suavemente la madera y escuchó cómo por dentro objetos eran movidos, posteriormente el joven abrió dicha puerta soltando aire, aparentemente exhausto.
- Dios, Claire, no hagas eso - le reclamó mientras se recostaba debajo de unas pesas e intentaba levantarlas - Creí que eras mi padre.
- Sí, lo pude notar - hizo una mueca - Conmigo no tienes que fingir, y lo sabes.
Will le mostró una mirada cansada y ella solo pudo pensar en lo mal que se sentía el castaño.
- ¿Por qué no solo le dices la verdad y ya? - preguntó con simpleza-.
- ¿Estás loca? - exageró moviendo sus brazos- Eso no es una opción, por ahora.
- Bueno, pero no quisiera verte peor de lo que ya estás.
- Para ti es fácil decirlo. Tú tienes un gran poder.
- Por favor, no empieces.
Antes de seguir con su conversación escucharon la voz de Steve, el papá de Will - Rápido chicos, ya vámonos.
Claire hizo una seña al ver cómo el hombre subía las escaleras en su dirección, el chico, claramente desesperado se colocó nuevamente debajo de las pesas e hizo un intento fallido por levantarlas.
La castaña mordió su propia lengua pensando en que hacer, y justo cuando el señor Stronghold se posicionó delante de ellos, Claire hizo un ligero y discreto movimiento con su dedo para así lograr que el pesado objeto se levantará con facilidad y Will solo tuviera que fingir su esfuerzo.
- Y doscientos - ambos lo dejaron caer cuidadosamente, aunque durante unos pocos segundos Will le dedicó una mirada agradecida - Hola, solo entrenaba un poco, para ir a la escuela.
- Descansando los músculos, gran idea, no hay que abusar - señaló para después dirigirse a la chica - Claire - saludó con una sonrisa-.
- Eso es lo que siempre le digo - se burló internamente, recibiendo una mala mirada por parte del menor-.
